La familia de Miquel Tàpies le despide en la intimidad mientras se prepara un homenaje

BARCELONA- El pasado sábado falleció a los 52 años de edad Miquel Tàpies, hijo menor del artista Antoni Tàpies, con quien levantó la fundación que lleva el nombre del pintor y que gestiona su legado. La familia le despidió ayer en la más estricta intimidad. Hoy, la sede de la fundación en la calle Aragón de Barcelona abrirá un libro de condolencias para que sus allegados puedan escribir unas últimas palabras de recuerdo, mientras se prepara un homenaje.

El Patronato de la Fundación Antoni Tàpies expresó su reconocimiento por la labor de Miquel Tàpies, su primer director, entre 1990 y 2010, y su presidente de 2008 a 2011. Según un comunicado, la Fundación quiso celebrar el legado de Tàpies hijo, que «contribuyó de manera eminente, con una energía y dedicación ejemplares, así como con su inequívoca responsabilidad cívica, a que la Fundación Antoni Tàpies fuera una realidad, primero, y a que, después, se convirtiera en espacio de referencia en la conservación, estudio y divulgación de la obra del artista».

De gran sensibilidad, Miquel Tàpies siempre estuvo relacionado con el mundo artístico y era reconocido como uno de los mejores conocedores de la obra de su padre. Amante de la música, su dedicación dentro del mundo cultural siempre fue valorada y dentro de la Fundación Tàpies siempre actuó con un «insobornable sentido de la responsabilidad, con la máxima exigencia y rigor, y con una integridad y honestidad éticas que hoy, en el momento de su desaparición, constituyen para la Fundación un modelo a seguir».

Siempre quiso ir más allá de sus obligaciones formales para defender la institución y quien luchó más por defender el carácter público de la fundación.