Teatro
La fragilidad infinita de Tennessee Williams
El Teatre Akadèmia estrena «El zoo de vidre», la obra más autobiográfica del dramaturgo, con una adaptación poética que indaga en el origen de los creadores.
La creación es una fiebre, es decir, un síntoma de una enfermerdad, una que puede causar auténticos estragos a quien la padece. ¿Quiere decir esto que los creadores son unos enfermos? Por supuesto, son seres de una hipertrofiada sensibilidad, cuya fragilidad los convierte en pequeñas figuras de cristal, siempre a punto del desgarro al más mínimo ajetreo. La fiebre de la creación crea entonces delirios que a veces se convierten en obras de arte y otras en la risa altisonante de un lunático. ¿Era Tennessee Williams un lunático? No, era uno de los creadores más fascinantes del siglo XX.
El director teatral Boris Rotenstein tiene una obsesión, comprender de dónde nacen y cómo se establecen los creadores. El año pasado indagó en esta obsesión con la obra de teatro «La gavina», de Anton Chejov, y este año vuelve a insistir con una nueva adaptación de «El zoo de cristal», de Tennessee Williams, la más autobiográfica de sus obras, en las que indagó en sus inicios, cuando vivía junto a su madre y su hermana y no sabía si tendría el coraje suficiente para realizar su sueño de convertirse en autor teatral. Rotenstein rompe la linealidad del texto, fragmenta las escenas, pone el foco en el primer plano y crea un montaje poético donde la luz enfoca la mirada del público y el mensaje de la fragilidad de los seres humanos y, por extensión, del creador queda sublimada. «Se de donde salen los tiranos, pero es más difícil saber de dónde nacen los creadores. Como aquel poema que dice “desde qué basura están creciendo flores sin avergonzarse», comenta Rotenstein, que reconoce que esta es una versión muy personal de la obra.
El Teatre Akadèmia acoge hasta el 30 de octubre esta producción propia que cuenta con Alicia Lorente, Mercè Managuerra, Jordi Robles y Jorge Velasco en los papeles principales y la sorpresa del propio Rotenstein como actor interpretándose a sí mismo. «Para mí ha sido una sorpresa descubrir a Williams por dentro. Es una obra donde no hay una línea argumental, sino unos personajes que actúan como piezas de un zoo de cristal siempre a punto de romperse donde el autor pone todo el peso en sus movimientos interiores», comentaManaguerra, también directora artística del teatro.
La obra nos presenta a una familia compleja, donde una madre intenta evitar que su hijo se marche del hogar, como hizo antes su padre, sin antes encontrar a un hombre decente para su hermana. «Hago una interpretación muy especial y propia del montaje. Es mi sueño sobre lo que es un creador, en este caso Tenessee Williams», asegura Rotenstein, quien no duda en afirmar que el papel de Laura, la hermana, interpretada aquí por Alicia Lorente, es el mejor personaje femenino de Williams junto a Blance Dubois.
Dónde: Teatro Akadèmia. C/ Buenos Aires, 47.
Cuándo: Del 28 de septiembre al 30 de octubre.
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