Escultura

La Fundació Dalí responde a Levi

La institución que defiende la obra del pintor surrealista ratifica que cuestiona la legalidad de la obra escultórica que posee el galerista

Una imagen de la reciente exposición con obras de la colección de Levi en Shanghai
Una imagen de la reciente exposición con obras de la colección de Levi en Shanghailarazon

A la Fundació Gala-Salvador Dalí no le han gustado nada las declaraciones que la pasada semana realizó el galerista y coleccionista Beniamino Levi. En ellas, criticaba el papel de la institución de Figueres, sobre todo después de la suspensión de la exposición que debía haber inaugurado en el Centre Cultural de Terrassa. Asimismo Levi defendía la legalidad de sus esculturas dalinianas y de las exposiciones que organiza con ellas.

Mediante un comunicado, la Fundació expuso ayer que las esculturas que forman parte de la colección de Levi y que, por ejemplo, pueden verse en el Espace Dalí de París, «son, en su mayoría, obras que Salvador Dalí no creó personalmente y de las que no se le puede atribuir su autoría». En este sentido, Figueres recuerda que el pintor, «ratificando un documento firmado por su esposa Gala, simplemente concedió una autorización para reproducir en cualquier formato determinadas obras pictóricas que posiblemente eran de su autoría».

La institución también puntualizó que ni ha podido revisar, ni ha podido ver los originales de estas autorizaciones. Todo ello viene a demostrar, siempre según la Fundació Dalí, que Levi «ha hecho una interpretación tridimensional de unas obras bidimensionales, creando unas esculturas en cuya elaboración Salvador Dalí no participó».

Fuentes cercanas a Levi apuntaron ayer que la autoría de Dalí fue reconocida en su momento por el mismo artista a través de diferentes «Bon-à-Tirer», además de por las diferentes personas que le representaron. También se recuerda que, juntamente con la Fundació Gala-Salvador Dalí, Levi copatrocinó una exposición con todas estas piezas en Tokyo en 1991. Desde Figueres, respecto a este último punto, se recuerda que en aquella época el equipo directivo del centro era distinto del que ahora forma parte de la Fundació.

La institución también recoge que «Levi posiblemente tiene en su colección entre dos y cinco esculturas que se pueden atribuir a Salvador Dalí, porque el artista intervino en su creación como obras tridimensionales». Sin embargo, aclara que el galerista «no tiene el derecho de exposición porque la legislación vigente en aquel momento no transmitía este derecho al adquiriente, derecho que permanecía en poder del autor; y este derecho forma parte de los que la Fundación gestiona por cesión del Estado español».

Respecto a la fallida exposición en el Centre Cultural de Terrassa, desde la institución daliniana se matiza que la decisión de cancelar la muestra «a la vista de las irregularidades que su concepción por parte de Levi planteaba, dado que se daba a entender al público que las obras en tres dimensiones expuestas habían sido creadas y realizadas por Salvador Dalí, cuando no es posible afirmarlo en relación con la mayoría de las obras que se incluían en la muestra». Pero fuentes cercanas al coleccionista apuntan que Terrassa quiso exponer, pero quiso modificar el título de la exposición, aceptando las exigencias de la Fundació. Fue Levi quien rechazó la idea de exponer sin poder usar el nombre de Dalí, del que la Fundació dijo que no podía utilizarlo alegando derechos de marca. Así lo acredita la correspondencia mantenida por el coleccionista con Terrassa. La polémica parece no tener fin.