La oposición se une para frenar el tranvía de Colau

La unión de los dos tranvías por la Diagonal es una infraestuctura de tal calado que requiere del máximo consenso político, no sólo por el volumen de inversión que representa, sino también por su afectación en la movilidad de Barcelona. Por ello la oposición no entiende cómo Ada Colau, que gobierna en minoría con tan sólo once concejales, haya decidido poner en marcha este proyecto «de forma unilateral y sin contar con el resto de grupos».

Así lo denunciaron ayer CiU, PSC, ERC, C’s y PP en un manifiesto conjunto, en el que además exigen a la alcaldesa que tenga en cuenta los estudios técnicos encargados sobre la conexión, alrededor de una docena, que según el Consistorio se darán a conocer de forma inminente. Los cinco partidos también coincidieron en la necesidad de evaluar todas las alternativas de transporte posible para enlazar la Diagonal, incluyendo la opción del bus eléctrico,y de dar prioridad a la llegada de la L10 de metro a la Zona Franca. Porque, dicen, antes de tomar una decisión debe tenerse en cuenta «el coste de la inversión, el impacto económico para TMB por la pérdida de explotación del eje Diagonal, y sus efectos medioambientales y sobre la movilidad».

Este acuerdo de mayoría, pues suma 27 de los 41 ediles del Ayuntamiento, es un toque de atención a la gestión de Colau, quien ha conseguido lo que parecía un imposible: que grupos ideológicamente tan dispares entre sí se unan en un solo frente. «En un proyecto así no podemos equivocarnos» avisó el líder de CiU, Xavier Trias, que pidió a la alcaldesa que «trabaje por el consenso». C’S le reclamó , por su parte, «exponer a debate público y político la conexión del tranvía» y el PP que «deje de tomar decisiones que puedan hipotecar la movilidad».

ERC y PSC, los dos grupos más próximos al gobierno de BComú, también afearon a Colau su falta de diálogo. A pesar de que ambos son favorables a unir las dos redes existentes de tranvía, criticaron la precipitación con la que pretende llevarla a cabo. Que la alcaldesa quiera iniciar a toda costa el proyecto estrella de su programa electoral puede convertirse en un escollo a la hora de negociar con republicanos y socialistas la aprobación de unos nuevos presupuestos. Y así se lo hicieron saber ayer. Alfred Bosch (ERC) le avisó que «priorizamos el metro por delante de todo, sin metro no hay presupuestos» y Daniel Modol (PSC) –en sustitución de Collboni, que no asistió a la firma del manifiesto por razones de agenda–, aseguró que ellos están negociando las nuevas cuentas y que «el tranvía no aparece en ninguna de las conversaciones»

La teniente de alcalde encargada de las políticas de movilidad, Janet Sanz, salió al paso de este frente común insistiendo que el metro y el tranvía son «perfectamente compatibles» y que el compromiso del Consistorio es «con ambas infraestucturas».