Cataluña
La salud del proceso soberanista en manos de los indecisos el 20-D
El PP cierra la campaña con una oferta de diálogo «dentro de la ley» a Mas, que recela de que Rajoy pueda canalizar los retos de Cataluña
«Quién te ha visto y quién te ve», Cataluña, que decía Miguel Hernández. La Cataluña de hace cuatro años poco tiene que ver con la de hoy, más allá de que Josep Antoni Duran Lleida (Unió), Carme Chacón (PSC) y Jorge Fernández (PP) repiten como candidatos. Aunque Duran lo hace sin Convergència, los 25 escaños que sacaba el PSC son historia y el PP, en vista de que los socialistas ya no ganan en Cataluña por goleada –las encuestas pronostican entre tres y cinco puntos de diferencia–, no ha desembarcado con ministros y barones para recortar aún más la distancia con el PSC a base de gastar suela recorriendo territorio catalán, como hizo en 2011.
El mismo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha recalado en Cataluña una sola vez, el penúltimó día de campaña para dejar un mensaje sorprendente a los soberanistas. Sorprendente porque la carpeta catalana había desaparecido de la campaña, pese que el desafío de Cataluña no había llegado nunca tan lejos. Tres años acaparando el debate mediático, unas elecciones autonómicas apenas hace tres meses y el dilema de no saber cómo salir de la situación de bloqueo actual explicarían por qué, por ejemplo, Rajoy y Pedro Sánchez apenas hablaron de Cataluña siete minutos de las dos horas que duró el cara a cara.
El PP «preparado para negociar» con condiciones
En su visita a Barcelona, Rajoy ofreció a Artur Mas un diálogo con cesiones mútutas para resolver el conflicto independentista. Toda una novedad respecto a la postura inmovilista que ha mantenido esta legislatura ante el órdago de Mas. «Una vez se constituya el nuevo Gobierno de España habrá que hablar» y «habrá que hacer un esfuerzo de negociación y de razón». Mientras el candidato del PP marca como líneas rojas la unidad de España, la defensa de la soberanía nacional, la Ley y la igualdad, Mas recoge el guante y se abre a dialogar pero también pone condiciones. Pide «un cambio radical en el Gobierno» y rechaza la «atrofia de liderazgo político», que dice que sufre Rajoy, con el que además cree que no es posible canalizar los grandes retos de Cataluña.
CDC intenta salvar el proceso soberanista
Mas que parece que da por hecho el resultado que auguran las encuestas, una victoria pírrica del PP que obligará por primera vez desde 1977 a pactar para sellar la investidura, pidió al proximo Gobierno que deje de mirar hacia otro lado.
Si Mas plantea que con Rajoy no es posible canalizar los «retos» de Cataluña y el PP duda de que Mas sea un interlocutor válido, deshacer la maraña catalana se antoja complicado si ambos revalidan sus respectivas presidencias. Mas sigue en funciones, pendiente de si hay acuerdo con la CUP o nuevos comicios. A la espera del 27 de diciembre, día en que la CUP decidirá si inviste o no a Mas, PP, PSOE, Podemos y Ciutadans han ofrecido propuestas de diálogo a la Generalitat, desde el referéndum de Podemos, que ha dado un empuje a Pablo Iglesias en Cataluña hasta situarlo como ganador en una carrera muy igualada con ERC, hasta otra financiación y una reforma de la Constitución.
Si hace cuatro años, el pulso era a tres bandas –CiU, PP y PSC–, al arrancar la campaña, las encuestas gubernamentales pronosticaban un empate de hasta cinco partidos. En liza por el oro En Comú Podem, ERC, el PSC, Democràcia i Llibertat, la marca de CDC con Francesc Homs, y Ciutadans.
Adiós al cinturón rojo, PSC
CDC que logró un giro histórico en 2011al ganar al PSC por primera vez en unas generales, ya no se postula como ganadora. Homs y Mas intentan movilizar el voto soberanista, temeroso de que una derrota el 20-D suponga un freno al proceso. Pero la falta de acuerdo para la investidura le pasa factura en beneficio de ERC y sobre todo de Podemos, que con la promesa de un referéndum puede teñir de morado el tradicional cinturón rojo socialista. Para frenar la ola morada, la candidata del PSC, Carme Chacón apela al voto útil como principal partido de izquierdas en el conjunto de España. Lo mismo hace Fernández (PP), pero con el voto más conservador, para evitar un trasvase popular hacia Ciutadans.
La supervivencia de Unió
Tras el revés en las elecciones catalanas, que dejó a Unió sin ningún escaño en el Parlament, tratará de renovar su presencia en el Congreso el próximo domingo. Su candidato, Josep Antoni Duran Lleida, apela al catalanismo «integrador y dialogante», y se erige en el nexo entre España y Cataluña para aportar soluciones en torno al derecho a decidir. Durante la campaña, ha intentado marcar distancias con el flanco constitucionalista «porque no tienen propuesta para Cataluña», insiste, y con el soberanista «incapaz» de gestionar la victoria del 27-S.
C’s quiere revalidar la segunda plaza de las catalanas
Ciutadans busca consolidar el buen resultado del 27-S. Las encuestas gubernamentales anunciaron que podíahacerse con un segundo puesto también en las generales, pero los quince días de campaña le han pasado factura y llegan con menores expectativas de las que partieron. Ayer su líder, Albert Rivera, sorprendió al querer dejar claro que rechazará «un pacto de perdedores» para desbancar a la fuerza que venza el domingo. Descarta llegar a un acuerdo con Podemos si mantiene su voluntad de llevar a cabo un referéndum en Cataluña.
La apuesta del referéndum aúpa a Podemos
La renovada coalición de izquierdas En Comú Podem –Podem Catalunya, ICV, EuiA, Equo y BComú– apunta a la victoria en Cataluña. Tras fracasar el 27-S con otra candidatura con un nombre también complicado, Catalunya sí que es pot, su apuesta por el referéndum ha surtido efecto. Puede granjearse parte del electorado independentista, el mismo ex líder de la CUP, David Fernández, pidió el voto para la marca catalana de Podemos. Ayer, su candidato, Xavier Domènech, recorrió las cuatro provincias con la convicción de «obtener un escaño en cada una». El día en que medio país está pendiente de «Star Wars» despidió la campaña con una frase que supera el minuto de gloria de Iglesias en el debate de Atresmedia: «No lo intentes, hazlo».
La esperanza del independentismo en manos de ERC
Tras descartar repetir la coalición de Junts pel Sí, ERC optó por concurrir en solitario. Su líder, Oriol Junqueras, dio a entender hace dos días que fue un error concurrir juntos. La historia les da la razón, por separado «siempre han sumado mayoría», claro que entonces CDC y Unió no se habían divorciado. ERC acaricia el primer puesto. Si lo logran, Junqueras y el cabeza de lista por Barcelona, Gabriel Rufián se afeitarán la barba. Con un discurso más escorado a la izquierda lucha con En Comú Podem por los 330.000 votos de la CUP. Los 47 diputados de Cataluña están en manos de los indecisos.
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