La serpiente que se convirtió en joya

La serpiente ha sido considerada por muchas culturas como un símbolo de vida y de sabiduría. Algo de todo eso también se percibe en las joyas de la colección Serpenti de Bulgari y que en estos días puede verse en su tienda del barcelonés Paseo de Gràcia. Son piezas que representan la unión entre los orígenes griegos de su fundador, Sotirio Bulgari, y la ciudad que lo acogió, Roma. Todo ello también deriva en hacer de un reptil de ecos negativos, en la encarnación de temas como el nadimiento, el renacimiento, el atractivo sexual, la eternidad, la protección, la fuerza o las propiedades curativas.

Bulgari trabaja en estas pequeñas obras de arte de la joyería desde los años 40. Para ello buscó la inspiración en piezas que recuerda al desarrollo industrial, como motores o tubos de gas. Precisamente es la técnica del tubogas, que ya se había empleado en los años 30 y 40, la que Bulgari toma para darle un estilo diferente, hecho que hace que pueda adaptarse a la muñeca de las mujeres. De esta manera se forma una serpiente enroscada en cuya cabeza se ubica la esfera de un reloj con los más diferentes diseños. Son joyas que se han convertido en icónicas, hasta el punto de llegar a ser usada por clientes tan célebres como Elizabeth Taylor, que lució una de las creaciones de la colección Serprenti en algunas de las imágenes que tomaron de ella durante la promoción de «Cleopatra», la inacabable película que rodó en 1962.

Ya entrados este siglo, Bulgari presentó en 2009, coincidiendo con su 125 aniversario, una nueva colección Serprenti. Se logró rediseñar estas joyas con piezas triangulares y muy gráficas integradas en una pieza de oro interior de gran flexibilidad, adaptada a la muñeca. Para llevarlas a cabo, se emplearon materiales como el oro blanco y rosa, combinados con diamantes, onix y madreperla. A ellas se les suma, desde 2012, un reloj Serpenti Tubogas, además de bolsos para esta misma serie.