Exposición

La vida privada de «La batalla de Tetuán»

El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) explora en una exposición monográ¡fica la dimensión artística, documental y sentimental de la obra cumbre del artista Mariano Fortuny, el colosal cuadro "La batalla de Tetuá¡n".
El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) explora en una exposición monográ¡fica la dimensión artística, documental y sentimental de la obra cumbre del artista Mariano Fortuny, el colosal cuadro "La batalla de Tetuá¡n".larazon

Una exposición recupera todo el esplendor del gran cuadro inacabado, además de mostrar la influencia que tuvo en Dalí

«La batalla de Tetuán» está considerada como una de las obras maestras de su autor, Marià Fortuny. La enorme tela, hoy una de las joyas de la colección permanente del Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac), es la protagonista de una exposición que se le dedica en este museo. En ella se puede conocer la vida privada y secreta de un cuadro que Fortuny, por encargo de la Diputación de Barcelona, empezó a pintar, aunque no se vio con fuerzas para concluirlo.

El cuadro, con 150 años de historia, queda contextualizado en esta exposición junto con dibujos, acuarelas, estampas, pinturas y numerosa documentación original. Los comisarios de la muestra, Jordi À. Carbonell y Francesc M. Quílez, aseguraron ayer que « se ha podido completar la localización de los lugares representados por Fortuny y ajustar, con mayor exactitud, las dataciones de muchas de sus composiciones».

Fortuny trabaja en esta pintura coincidiendo con su primer viaje a Marruecos, en 1860, cuando la diputación le encarga plasmar la guerra hispano-marroquí, la misma en la que participó un batallón de voluntarios catalanes dirigidos por el general Joan Prim. Fortuny trabajó entre 1863 y 1865, pensando que gracias a su juventud podría concluirlo pronto, pero el proyecto le vino grande. El cuadro, de 9,72 por 3 metros, quedó sin concluir en un rincón del taller del artista. Carbonell apuntó que aquello fue «un sufrimiento para el artista y, en definitiva, fue un fracaso porque el pintor no consiguió salir airoso». Incluso llegó a pensar en acabarlo con la ayuda de su cuñado Madrazo, pero la idea no pasó de ser un proyecto sin materializar.

En otro apartado de la muestra se puede ver la repercusión de este trabajo de Fortuny tras ser adquirida por la diputación. Quílez recordó que la Prensa de la época no recibió con buenos ojos «La batalla de Tetuán» porque «no es la pintura que Barcelona esperaba del artista. Por ejemplo, una publicación como "El Diluvio"inició una campaña contra la tela que había sido comprada por 50.000 pesetas». La exposición también se ocupa asimismo de las diferentes restauraciones y traslados que sufrió la pintura, como la estrambótica de 1919, desde la Diputación al Palacio de Bellas Artes, escoltada por la ciudad por el cuerpo de bomberos.

Salvador Dalí fue uno de los principales admiradores de esta composición y le rindió su particular homenaje pintando su propia versión, expuesta en 1962 junto con el original de Fortuny. El Mnac permite conocer algunos de los estudios preparatorios del tributo surrealista hacia el pintor de Reus, como lo acreditan varios bocetos, entre dibujo y pintura. Tampoco faltan algunos interesantes manuscritos en los que el genio de Figueres aporta su personal interpretación a «La batalla de Tetuán», textos que ayudaron a la divulgación de Fortuny más allá de Barcelona, llegando incluso a tener una importante divulgación en Estados Unidos.

La devoción daliniana venía de lejos. En marzo de 1926 le aseguraba a su amigo Federico García Lorca que «si Fortuny abriera hoy una clase de dibujo y pintura, irían todos los pintores de vanguardia a esa clase. Al menos yo iría».