La violencia del narcotráfico deja huella en Temporada Alta

El narcotráfico mexicano y la violencia que lleva asociada han centrado obras literarias tan importantes como «2666» de Roberto Bolaño, que Àlex Rigola adaptó al teatro, o «El poder del perro» o «El cártel» de Don Winslow. En «Tras el grito», de Johann Hari, ensayo sobre los orígenes de la prohibición y la guerra perdida de antemano contra las drogas hablaba de la violencia de los cárteles como algo puramente teatral. «Cuando haces una actividad criminal y te roban, no puedes ir a la policía, así que tienes que mostrar tu fuerza para que eso no vuelva a ocurrir. Al principio vale con matar, pero luego has de ir más lejos y has de enviar la cabeza de tu enemigo a sus familiares, si no es matar directamente a sus familiares. La violencia es un mensaje teatral y dramático que los carteles utilizan con saña. No son meros psicópatas, aunque claro que lo tienen que ser para hacer algo así», comenta Hari.

El último intento de mostrar los estragos del narcotráfico en México nos llega del propio país centroamericano. El Festival Temporada Alta acoge el montaje de «Está escrito en sus campos», un intenso «thriller» teatral en la que la compañía Lagartijas Tiradas al Sol nos presenta la historia de un pequeño traficante que empieza a caer en barrena dentro del espiral de locura, drogas y violencia.

El actor y director Francisco Barreiro es el protagonista de esta historia que quiere criticar la omnipresencia de la droga y sus submundos dentro de la sociedad mexicana. La obra quiere ser una especie de ensayo escénico, arriesgado y rompedor. «La historia del narcotráfico mexicano es también la historia sobre las políticas prohibicionistas. La guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón, que fue como una manera de legitimar su gobierno, ha generado una gran violencia», afirmó ayer Barreiro.

En un espacio oscuro y minimalista, una gran pantalla se ilumina con las proyecciones del mapa de México, que se va alimentando con información de territorios, cárteles, rutas del tráfico y de todo tipo para tener una referencia visual, física y real del actual problemas. En el centro, un pequeño traficante, rapero, que cuenta, grita, canta y rapea las difíciles circunstancias de su vida y a la postre de todos los que le rodean.

Dentro de las proyecciones, también aparecen entrevistas a narcotraficantes, al propio El Tigre, y a periodistas que hablan sobre el narco, aunque todos aparecen con la cara tapada. La obra, además, crea un paralelismo entre las primeras leyes prohibicionistas de EEUU de hace un siglo, que se inició como vehículo racista, para mantener a raya a inmigrantes y la población negra.

- Dónde: Festival Temporada Alta. Sala La Planeta.

- Cuándo: 16 de octubre.

- Cuánto: 18 euros.