Juan Antonio Serrano
Las estaciones de esquí prevén un lleno casi absoluto por Semana Santa
La ocupación hotelera en el Pirineo y el litoral alcanzará el 80 por ciento
Las estaciones de esquí de Cataluña se llenarán en Semana Santa, ya que los hoteleros del Pirineo esperan poder llegar a un 80 por ciento de ocupación, similar a la que alcanzarán en la costa, pero sólo el fin de semana y con menos hoteles abiertos, consolidándose la tendencia de acortar la estancia media. En declaraciones a Efe, el presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Juan Antonio Serrano, dijo que los hoteleros de la zona de los Pirineos esperan alcanzar una ocupación del 80 por ciento con las reservas de última hora, aunque con las actuales condiciones de nieve, lo normal «si no hubiera crisis» sería llegar al 95 por ciento.
A esta menor ocupación, que será similar a la del año pasado, hay que sumar que los precios han bajado un 40 por ciento desde el principio de la crisis. Serrano criticó que «nadie se ha tomado en serio» el turismo en las zonas de montaña, porque no ha habido promoción, y dependen del turismo nacional, cuyo consumo ha bajado «en picado», y reclamó una mejora en las infraestructuras del Pirineo de Lleida «que son desastrosas».
La mayor parte de los clientes del Pirineo serán familias y, en general, se verán catalanes, vascos, valencianos y madrileños, además de algún francés.
El gerente de la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y de Montaña (ACEM), Joaquim Alsina, prevé que las estaciones de esquí catalanas se llenen los días festivos de la Semana Santa, especialmente el fin de semana, aunque cree que el lunes, martes y miércoles habrá pocos esquiadores.
Alsina aseguró que este invierno «es inmejorable», porque «hay mucha nieve y de buena calidad», y puso como ejemplo que en Baqueira Beret la cantidad de nieve habitual en una temporada es de 7,5 metros y este año ya llevan 12,5 metros.
El gerente de la Asociación de Hostelería de la Costa Brava, Martí Sabrià, explicó que el nivel de reservas es muy bajo, debido a que este año la Semana Santa se celebra muy pronto, aunque este pasado fin de semana se activaron bastante. Comentó que se confirma la tendencia a acortar la estancia, en este caso, a una o dos noches, principalmente las del viernes y el sábado, en las que espera alcanzar un ocupación de entre el 75 y el 80 por ciento.
Durante el resto de la semana, Sabrià prevé muy poca gente en la Costa Brava y cree que, si hace buen tiempo, se harán muchas excursiones de día, pero sin pernoctar, «la gente no renuncia a salir, pero con el mínimo gasto posible», en una zona que ha tenido leves bajadas de precios desde que empezó la crisis económica, en 2008.
Estas cifras serán inferiores a las de la Semana Santa pasada, en buena parte, porque se celebró en la segunda quincena de abril y, según Sabrià, cuando se acerca mayo la gente «se anima» y empieza a ir a la playa.
Este año se añade otra circunstancia, y es que el 5 por ciento de la planta hotelera de la zona estará cerrada en Semana Santa y abrirá el día 1 de mayo, cosa que no suele ser habitual, ya que otros años abrían en Pascua.
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