Asturias
Las grandes damas del surrealismo
La Galería Mayoral acoge una exposición que, por primera vez en España, reúne la obra de las representantes del movimiento, desde Dora Maar a Frida Kahlo, Lee Miller o Maruja Mallo
La figura de la mujer artista parece una aberración en la historia del arte, al menos en su acepción más clásica del término, la de acción, comportamiento o producto que se aparta de lo que se considera normal, natural, correcto o lícito. No era natural que las mujeres crearan, qué tenían que decir, si sólo eran las musas y las amantes de los poetas, sólo éstos les daban voz.
La figura de la mujer artista parece una aberración en la historia del arte, al menos en su acepción más clásica del término, la de acción, comportamiento o producto que se aparta de lo que se considera normal, natural, correcto o lícito. No era natural que las mujeres crearan, qué tenían que decir, si sólo eran las musas y las amantes de los poetas, sólo éstos les daban voz. Es decir, que los hombres han convertido a la mujer artista en una aberración, y eso sí es algo repulsivo y aberrante.
La Galería Mayoral busca reivindicar el papel de la mujer como creadora con la exposición «Mujeres surrealistas», la primera colectiva que se realiza en España que junta la obra de estas importantes artistas que tuvieron que luchar contra viento y marea contra la invisibilidad y la condescendencia. De esta forma, la muestra reúne trabajos de Lee Miller, Dora Maar, Leonora Carrigton, Maruja Mallo, Valentine Hugo, Frida Kahlo, Remedios Varo y Ángeles Santos. Ocho nombres, ocho historias, ocho recordatorios en rojo de la vergüenza detrás de los viejos cánones artísticos.
El eje temático de la exposición, comisariada por Victoria Combalía, gira en torno a la relación, directa o indirecta, de estas mujeres con Cataluña. De esta forma, vemos a catalanas como Remedios Varo o Ángeles Santos, con iconos como los de Frida Kahlo, que tuvo un apasionado romance con el ilustrador catalán Josep Bartolí . Después están Valentine Hugo, que visitó a los Dalí en cadaqués acompañada de André Breton o una Leonara Carrigton que cruza Port Bou asediada por los nazis en busca de un visado con el que liberar a su pareja, Max Ernst, de un campo de concentración. Llegará a Barcelona para acabar en Madrid y finalmente en un sanatorio en Asturias, todo ello recofgido en su extraordinario libro, «Memorias de abajo», (Siruela).
La muestra también sirve para ver obras nunca expuestas antes, como una serie de dibujos de Frida Kahlo, del que destaca «Autorretrato como genitales», de 1944, en que la artista mexicana hace de su vagina un retrato en rojo de su identidad como mujer. «Es un dibujo excepcional, escondido en un bloc de notas de un coleccionista americano, en que la artista se retrata como un ser profundamente sexual y que nunca se había expuesto antes», comenta Combalía.
Cadávares exquisitos
Otras de las sorpresas prácticamente inéditas de la exposición son los dos «Cadáveres exquisitos», de Valentine Hugo, uno de ellos pintado con el mismo Breton. Estos cadáveres eran juegos artísticos en que se doblaba el papel en tres y un artista, sin ver lo que había hecho antes el primero, seguía el dibujo hasta construir un azaroso e intrigante dibujo final. «Hugo es el redescubrimiento más nuevo de todo este colectivo de artistas surrealistas. Sorprende que todavía no se halla hecho ninguna retrospectiva de su trabajo en ningún museo», señala Combalía.
Muchas de estas mujeres se conocían, como Leonora Carrigton y Remedios Varo, buenas amigas, o Lee Miller y Dora Maar, icluso Valentine Hugo y Maar a partir de los 50. Aún asi, cada una lleva su propio universo a cuestas y su propia forma de dibujarlo.
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