Las terrazas de la Diagonal sólo podrán ocupar un 2% de acera

El Ayuntamiento aprobó ayer la ordenación de terrazas del tramo central de la Diagonal, entre paseo de Gracia y Francesc Macià, que prevé un máximo de 173 mesas. Pese a lo abultado de la cifra, lo cierto es que la normativa no ha satisfecho las aspiraciones de restauradores y hosteleros. Al tratarse de una ordenación singular, el Ayuntamiento ha optado por limitar el espacio de las terrazas a un 2 por ciento de las aceras. Por ello, el Gremio de Restauración confía en que la nueva ordenación sea simplemente «un punto de partida» para la negociación.

Después de meses de estudio, y casi un año después de finalizar la reforma de la Diagonal, el Ayuntamiento ha aprobado finalmente la Ordenación Singular de Terrazas que afectará al tramo central de la avenida Diagonal. La normativa prevé que se pase de las 32 mesas actuales, situadas en las confluencias con otras calles, a un total de 173 en todo el tramo comprendido entre el paseo de Gràcia y la avenida de Francesc Macià.

Cada tramo de la calle tendrá un máximo de mesas para colocar, y deberán ir agrupadas en grupos de dos o seis mesas, cada una con cuatro sillas y con sombrillas. No se podrán añadir, sin embargo, ni jardineras ni mamparas ni otros elementos de mobiliario que delimiten el espacio público. Además, las terrazas deberán recoger cada noche a la hora que cierren los bares y restaurantes, para dejar libres las aceras. En total, el Ayuntamiento calcula que la ocupación será de sólo el 2 por ciento del espacio total de las aceras y que, por tanto «se garantizará la preservación del espacio público», según afirmó la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz.

No se permite, pues, incluir dos hileras de mesas para garantizar la fluidez de paso de los peatones y fija un espacio de paso libre mínimo entre la fachada y las terrazas de 4,50 metros, y, por la parte de calzada, se deja una franja de seguridad de 80 centímetros para poder acceder al aparcamiento.

Para el director general del Gremio de Restauradores de Barcelona, Roger Pallarols, en cambio, se trata del «final de un capítulo, pero no de un libro», y reprochan al gobierno municipal que les ha sometido a «un agravio» durante todo el proceso, después de esperar casi un año en poder tener licencias de terraza. Además lamentan que no se les ha tenido en cuenta para redactar esta ordenación.