Barcelona
Los catalanes destinan la mitad de su sueldo al pago del alquiler
El coste medio de la vivienda representa la mitad de las nóminas, mientras que en el conjunto de España solo representa un tercio de las ganancias
El coste medio de la vivienda representa la mitad de las nóminas, mientras que en el conjunto de España solo representa un tercio de las ganancias.
La fuerte subida de los precios de alquiler es uno de los problemas que más han crecido en los últimos años en Barcelona, y también en Cataluña en general. Un estudio elaborado por Infojobs y Fotocasa indica que en esta comunidad autónoma sus habitantes deben destinar un 50,5 por ciento de su nómina al mensual al arrendamiento , el mayor porcentaje en toda España, cuyo promedio es del 33,5 por ciento.
El precio medio de alquiler en Cataluña se situó al cierre de 2017 en 12,39 metros cuadrado, lo que supone que teniendo en cuenta que el promedio del salario bruto era de 1963,7 euros mensuales, los catalanes deben destinar ese porcentaje de su nómina al alquiler.
Este mismo año el alquiler en Barcelona alcanzó su precio más alto de la historia. Se rompió por primera vez la barrera de la media de 900 euros, con unos arrendamientos de 140 al día. Sucede ya lo mismo en cada distrito y barrio. Según datos de la Secretaría de la Vivienda de la Generalitat, en el tercer trimestre de 2017, el precio medio de los nuevos contratos firmados superó, por primera vez, la barrera de los 900 euros.
En concreto, la factura de un piso de alquiler se situó en 903, 40 euros, un 9,4 por ciento más que en el año anterior. Por ejemplo, el incremento varió entre un 7 por ciento en el Eixample y un 12,8 por ciento Ciutat Vella.
El citado estudio toma como referencia un piso medio de 80 euros cuadrados, con un precio que giraría alrededor de 991,4 euros. En cambio, en el conjunto de España el coste medio es el citado 33,5 por ciento, y destaca Murcia, con un 24 por ciento. En cuanto a la vivienda de compra, los catalanes deberían destinar íntegramente el salario equivalente a 7,8 años a la compra de un piso, frente a los 5,9 de la media española.
En el acumulado de casi todo el 2017, menos el último trimestre, el precio medio de una vivienda de alquiler en Barcelona se elevó a casi 822 euros. Otro registro histórico, teniendo en cuenta que en 2008 fueron 813 euros. Estas mismas estadísticas, procedentes de la secretaría de Vivienda, permiten resaltar que, en comparación con el año 2000, el coste es el doble. También se puede comprobar que en tres años, de 2014 a 2017 el precio se ha encarecido en 200 euros.
La directora de Estudios de fotocasa, Beatriz Toribio, explicó que el precio de la vivienda, tanto en compra como en alquiler «está creciendo a un ritmo muy superior al que lo están haciendo los salarios». Asimismo, apuntó que esto ha provocado que en los últimos años muchos españoles hayan sufrido «una importante pérdida de poder adquisitivo».
Barcelona se sitúa de esta manera, según estos datos, como la ciudad más cara de España para vivir, seguida de Madrid y Salamanca. Según el último índice de precios inmobiliarios del portal de compraventa de vivienda Idealista, el precio medio es 4.408 euros el metro cuadrado.
Otro problema es que este encarecimiento de los precios de alquiler no está afectando en los últimos años únicamente a Barcelona, sino que se extiende al área metropolitana, y cualquier persona que visite las numerosas páginas webs que existen para alquiler pisos lo podrá comprobar. Por ejemplo, ahora siempre hablando de viviendas situadas en poblaciones como Sant Joan Despí y Cornellà, pisos de poco más de 40 metros cuadrados cuestan casi siempre más de 600 euros al mes.
Todo ello coincide con el conocido fenómeno de la gentrificación, tal y como ocurre en otras ciudades europeas, por ejemplo Londres y París.
Este fenómeno, que se va incrementando de un tiempo a esta parte, es la consecuencia del fuerte incremento de los precios de alquiler, que además se junta con la precariedad de muchos sueldos, especialmente entre los jóvenes. El coste en el área metropolitana es menor que el de Barcelona, pero aún así, tampoco son baratos.
En el 2017, el fenómeno del fuerte incremento de las rentas que se produjo en la capital catalana se extendió a los municipios vecinos. Según los datos oficiales de la Generalitat, obtenidos a partir de los depósitos de las fianzas de las operaciones registrada en el Incasòl, en 35 de los 36 municipios de la primera corona barcelonesa se incrementaron los precios de los nuevos contratos de alquiler.
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