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Los comisarios hablan

El librero Paco Camarasa y el escritor Carlos Zanón tienen en común el gusto por la novela policiaca y ser responsables, uno en el pasado y otro en la actualidad, del certamen BCNegra

Los comisarios de BCNegra en la librería Negra y Criminal
Los comisarios de BCNegra en la librería Negra y Criminallarazon

Dicen que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen. También puede pasar con algunos periodistas cuando quieren regresar a aquellas librerías en las que se han sentido felices, siempre con el secreto deseo de haber coincidido por el camino con Pepe Carvalho y su inseparable Biscuter.

Dicen que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen. También puede pasar con algunos periodistas cuando quieren regresar a aquellas librerías en las que se han sentido felices, siempre con el secreto deseo de haber coincidido por el camino con Pepe Carvalho y su inseparable Biscuter. Esta semana, por un día se volvieron a abrir las puertas de la histórica librería Negra y Criminal, aquel espacio hecho del material con el que se fabrican los sueños de Hammett, Chandler, Simenon, Highsmith o Thompson. Todo ello con la excusa de poder hablar con dos comisarios, los del BCNegra que arranca mañana. Ellos son el librero Paco Camarasa, quien ha dirigido el certamen durante doce años, y el escritor Carlos Zanón, que debuta este año al frente de BCNegra. Son nuestros sospechosos habituales en este diálogo.

–¿Qué consejo le da el comisario Camarasa al comisario Zanón?

–P.C.: Ningún consejo porque lo puede hacer perfectamente. De hecho, ya lo ha hecho perfectamente. ¿Un consejo? Que tenga suerte porque depende de si ese día hay una nevada para que venga público. ¿A nivel de prensa? Desgraciadamente es una época complicada, pero como la política está tan separada de la cultura, pues que se dé cancha a la cultura.

–¿El comisario Zanón ha consultado al comisario Camarasa?

–C.Z.: Sí, primero le llamé y le pregunté «Paco, ¿qué hago?», algo que es lo que suelo hacer frecuentemente con él. Recuerdo que me dijo «nunca trates con autores sino con las editoriales», un consejo muy sabio. Siempre se ofreció a ayudarme y a echarme un cable. BCNEgra es un proyecto que ya funciona solo y bien. Es intentar hacer lo que hacía Paco: que el BCNegra fuera popular, divertido y de la ciudad.

–Paco Camarasa había contado en alguna ocasión que la única espina que tenía era no haber podido contar con James Ellroy en el BCNegra.

–P.C.: El día que Carlos en la reunión del jurado del Premio Pepe Carvalho habló y confirmó que James Ellroy había aceptado el premio, aquel día lo odié. Lo primero fue odiarlo. (Risas)

–C.Z.: Ahora entiendo esa cara. (Risas)

–P.C.: Viene Ellroy y eso es fantástico. Me alegré muchísimo que fuera el nuevo Premio Pepe Carvalho.

–¿James Ellroy era el objetivo para esta nueva etapa?

–C.Z: No. Me acuerdo que vi que no había recibido el Carvalho. La condición para ser candidato del premio es que quisiera venir. Empecé a mover si era posible que acudiera a Barcelona para recogerlo.

–P.C.: Hay otro que no ha venido nunca, pero que no hace actos públicos, aunque la pasada semana hizo una lectura. Es John Le Carré. Mira que se ha insistido, pero no ha habido manera. Pero, ¡este año viene Ellroy!

–C.Z.: Pese a que por eso me odias, Paco. (Risas) Traté con la editorial y les pedí un compromiso. Ellroy envió un fax firmado por él y por la pata de un perro en el que se comprometía a venir y a comportarse bien. Fue la fe de vida. Ellroy es un autor muy respetado por los lectores de novela negra y por los autores, pero no es un fenómeno como en Francia donde puede estar firmando cuatro días seguidos. Ese impacto aún no lo ha tenido.

–Otra novedad en BCNegra lo encontramos en la exposición inaugural que este año no gira alrededor de un escritor sino de Jordi Bernet, el dibujante de Torpedo e ilustrador de textos de maestros como Thompson o Cain.

–C.Z.: En realidad fue un poco por casualidad. Lo que sí fue premeditado fue pensar en abrirnos a otras disciplinas.

–P.C.: Yo soy lector de Torpedo y, por ejemplo, me parece excelente la edición que ha hecho Libros del Zorro Rojo de «1.280 almas» de Jim Thompson con ilustraciones de Bernet. Lo sigo desde hace mucho tiempo. También recuerdo las portadas que hizo para las novelas de la colección que dirigía Javier Coma en Plaza&Janés.

–¿Hacia dónde creen que va el género negro en la actualidad?

–P.C.: A todas partes. Lo bueno del género es que puede ir a cualquier parte y muchas novelas pueden incluirse dentro del género sin etiquetas claras. Es un problema solo de calidad. Hay ciudades nuevas, tipos de asesinos nuevos, tipo de investigaciones nuevas... Lo bueno del género es que ya no va hacia un sitio concreto. Ahora desde Argentina llegan novelas cortas, que lo son por un problema de edición, pero con una fuerza terrible sobre los bajos fondos. Es el caso de Nicolás Ferraro y, fuera de Argentina, de Padura, que viene al festival. Los nórdicos se han quedado en lo clásico. Ya no hay nadie nórdico, salvo Jo Nesbø.

–C.Z.: Estoy de acuerdo con Paco al cien por cien. Lo que impera es el autor: la personalidad del autor y explicar una historia.

–¿Es distinta la mirada de un librero a la de un escritor para organizar un certamen literario?

–P.C.: En parte sí, aunque no es una mirada que afecte a su conjunto. Lo que pasa es que a mí me preocupan más según qué cuestiones, como si tienen novedad los autores que vienen; mientras que Carlos hace un festival con gotas más literarias.

–C.Z.: En el momento en el que gestionas un festival, no puedes imponer tus gustos. No lo haces para tus amigos y para ti porque te quedarías solo. Tienes que plantear cosas que sean puedan ser interesantes aunque a ti no te gusten o hablar de libros que tienen un impacto mayoritario en la gente, aunque no sean interesantes para ti. Tiene que venir la gente. La única diferencia es que Paco tenía más presente la actualidad que yo. Había muchas mesas que era lo que estaba pasando, no literarias, pero sí de universo negro.

–Hay un matiz interesante. El festival nació como un homenaje a Manuel Vázquez Montalbán y con un premio que lleva el nombre de su personaje Pepe Carvalho. Carlos Zanón llega al BCNegra en el momento en el que continúa la serie.

–C.Z.: Es una casualidad. Si no hubiera Carvalho, seguro que a Paco le habría parecido bien que yo fuera el comisario del BCNegra. Ya pienso que el año que viene, cuando el libro esté en la calle, cómo lo hacemos para programarnos en el BCNegra. ¿Queda mal que me programe y saco a Carvalho del BCNegra? Es muy raro. Me gustaría encajar todo eso.

–P.C.: Pienso que siendo un libro continuidad de la saga de Car
valho se le perdonará a Carlos que hable de su libro en BCNegra. Quiero aclarar una cosa y es que el BCNegra no nació como homenaje a Vázquez Montalbán: nos aprovechamos de él. (Risas) Nos pareció que tenía cierta gracia hacer un premio a obra publicada y, eso sí, ahí sí fue un homenaje a Manolo. Es el único premio importante con nombre de protagonista.

–C.Z.: Para escribir este Carvalho no he consultado a Paco sino a Montse, a su mujer, que me dio muy buenas ideas.

–P.C.: Y luego Carlos se atrevió a ir a un congreso de Carvalho.

–C.Z.: Me invitó Francesc Salgado, un amigo de infancia y que es profesor, a un festival en Grenoble.

–P.C.: El amigo era profesor de la asociación de estudios carvalhianos. (Risas)

–C.Z.: Sí. Me encontré allí que tenía que defender todo esto. Salí medianamente bien, pero luego pensé que no tenía que haber ido. Entiendo el debate: que un personaje tiene que morir con su autor. A mí me pareció divertido hacer esto y que aquel libro que en el instituto nos dejábamos, treinta años después iba a hacer algo con ese personaje. Es como si eres actor y te dicen que quieres entrar en la nueva película de Scarlett Johansson, aunque vayas a tener problemas en el rodaje. Yo nunca he hecho un policial, así que esto es un reto.

–¿Y se lee bien hoy a Carvalho?

–P.C.: Hay dos cuestiones. Por un lado, durante un tiempo ha estado mal editado y agotado. Cuando se anunció que Carlos se encargaría de la serie, hubo un compromiso para editar en bolsillo todo Carvalho. La edición anterior, que era compleja porque era ómnibus, al final se agotó. Carvalho sigue siendo más leído por extranjeros que aquí porque puede ser visto como un anacronimo o se puede pensar que éstos ya lo he leído, aunque no sea así. Es como pasa con Simenon: la gente ha leído un Maigret y, en realidad, solamente han leído un Maigret. Por otra parte, hay quienes dicen que Carvalho ya está superado y la escritura de Barcelona la debe hacer la nueva generación de autores catalanes.

–C.Z.: Hay algo que tenían los Carvalhos que no tiene nadie. Yo tampoco. Es esa capacidad, con buen olfato de periodista, de pillar al vuelo los temas importantes que estaban pasando. Poner esos temas en un libro y que siga vigente, eso lo hace muy poca gente. Tenía una lectura de la realidad completa. Disfruto más los Carvalho ahora que antes y me encuentro trozos que son de auténtico escritor. Vázquez Montalbán con Barcelona no hace una guía turística sino una recreación de la ciudad. La Barcelona de Carvalho es inventada y hay una conciencia de hacerla mítica. No tenemos tantos personajes que aguanten tan bien como él.

–¿Un suceso en Barcelona como los atentados del pasado agosto pueden filtrarse en la novela negra?

–P.C.: Es muy pronto. Los franceses sí que hacen esto de pasar algo importante a una novela. Barcelona sigue siendo a nivel literario más importante que, por ejemplo, Marsella. No hay que olvidar que del 11-M hay muy poca novela.

–C.Z.: Los escritores de aquí somos muy perezosos y se escribe sobre clichés como los de «C.S.I.». No ocurre como ha hecho Álvaro Colomer con su novela que se mueve e investiga. También citaría a Isaac Rosa o Belén Gopegui, pero son excepciones.