El desafío independentista
Los «comunes» se erigen como alternativa a la CUP para sostener al Govern de Torra
Domènech tiende la mano para negociar los presupuestos, mientras los anticapitalistas lo ven «impensable»
Domènech tiende la mano para negociar los presupuestos, mientras los anticapitalistas lo ven «impensable».
Las señales de la llegada de un nuevo tiempo político en Cataluña se multiplican tras la puesta en marcha del nuevo Govern de Quim Torra. Aunque todavía están lejos de materializarse en concreciones, sí que han arrojado grandes esperanzas para pasar página al «procés» y romper con la dinámica de bloques. La apertura de este nuevo escenario se escenificó ayer, con la ronda de contactos que mantuvo el president con los grupos parlamentarios de la oposición, donde destacó la mano tendida del líder de los «comunes», Xavier Domènech, para aprobar las cuentas.
La formación morada, hasta ahora muy crítica con Torra y JxCat –rechazaron por activa y por pasiva desbloquear la investidura si el candidato era de JxCat porque consideraban que la plataforma era heredera de la corrupción y las políticas económicas de Convergència–, parece dispuesta a tomar el relevo de la CUP como potencial aliado del Govern. Para ello, sin embargo, Domènech exigió ayer importantes contrapartidas en el ámbito social como la reversión de los recortes desde 2010, dejar de subastar los edificios que hereda la Generalitat y cubrir el tercio de la financiación de guarderías públicas que corresponde a la administración catalana. Todo ello deberá llevarse a cabo antes de septiembre u octubre, cuando está previsto que el Govern inicie la preparación y la negociación de los presupuestos de 2019. Ante estas demandas, la portavoz del ejecutivo catalán, Elsa Artadi, se limitó a dar la bienvenida a la predisposición de los «comunes» y reclamó la necesaria presencia de la CUP.
Si bien, los anticapitalistas volvieron a proyectar ayer síntomas de que van a pasar a una oposición acérrima con sus exigentes peticiones. Su líder, Carles Riera, trasladó a Torra la necesidad de regresar a la unilateralidad y la desobediencia para que cristalice la independencia. En este sentido, el cupero reclamó que cualquier diálogo que el president entable con Pedro Sánchez se circunscriba a reivindicar el derecho de autodeterminación de Cataluña y que no incluya en esas conversaciones las 16 leyes suspendidas por el TC, sino que el Parlament, «en un acto de soberanía», las vuelva a validar y entren en vigor. Asimismo, pidió una nueva agenda rupturista, que actualice la declaración de inicio del «procés» votada en el Parlament el 9-N de 2015, e insistió en que las movilizaciones deben volver a ser motor de la secesión. Finalmente, aseguró que si Torra no emite signos de implementar la República, es «impensable» que respalden los presupuestos.
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