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Los floristas denuncian que el 30% de los puestos de Sant Jordi operan sin licencia

El Gremio prevé un notable aumento de las rosas amarillas, que desbancarán a las blancas en la clasificación

El Gremio prevé un notable aumento de las rosas amarillas, que desbancarán a las blancas en la clasificación.

El «procés» ha invadido toda la vida pública catalana. Ninguna sorpresa al respecto. Y Sant Jordi no podía ser menos. Las rosas rojas serán, como de costumbre, las más vendidas. Por primera vez, sin embargo, las amarillas sustituirán a las blancas en el segundo puesto de la clasificación. Independientemente del color, lo cierto es que el Gremio de Floristas de Cataluña está molesto. Por un lado, consideran que los más de 3.800 puestos de venta de rosas son, aunque menos que el año pasado, demasiadas. Pero, por otro, habrá, como cada año, otros 2.000 puestos sin licencia. Ante esta situación, el Ayuntamiento se ha comprometido a modificar la ordenanza.

El presidente del Gremio de Floristas de Cataluña, Joan Guillén, defendió que hay un exceso de puestos de rosas en la ciudad y, aunque reconoció que los 4.000 oficiales trabajan bien, hay «más de 2.000 maltratadores de rosas en la calle», vendedores a los que tildó de «especuladores», ya que -afirmó- venden rosas no por necesidad, sino para ganar un dinero extra al que les da su ocupación habitual. Hace años que la cifra de licencias autorizada se mantiene alrededor de las 4.000 -el 2017 había 3.921-. El gran crecimiento, sin embargo, se produjo en 2016, cuando las licencias aumentaron un 3,5%, lo que supuso 4.621 puestos de rosas en las calles barcelonesas.

A la crítica por el número de paradas y la organización de estas para el día de Sant Jordi, se añadió el Gremio de Libreros. Su portavoz, Pere Fàbregas, aseguró que «los partidos políticos cogen los mejores lugares de la Rambla para hacer propaganda ese día» y añadió que «es un día que no es el de ellos».

Revisar la ordenanza

El concejal de Empresa y Turismo, Agustí Colom, reconoció al Gremio de Floristas que la ordenanza que regula la autorización de licencias de paradas por Sant Jordi «está anclada al 1994 y hay que actualizarla». Colom abrió la puerta a abordar una modificación para dar respuesta a las demandas de los floristas.

Las previsiones de Mercabarna-flor para este Sant Jordi son optimistas. Calculan que se venderán más de siete millones de rosas, un 20% más que en 2017. La razón del aumento es que, después de dos años, la fiesta vuelve a caer en laborable y esto hace aumentar las ventas de flores para empresas, asociaciones y restauración. Así, la rosa de Sant Jordi está de enhorabuena ya que los mayoristas confían en que se vendan un 20% más que en 2017.

Mercabarna-flor, además, ha notado un aumento en los encargos de rosas amarillas: la demanda se ha multiplicado por cuatro respecto a otros años y ronda el 10% del total. En Cataluña se producen muy pocas de este color, por lo que han tenido que importarse de Colombia, Holanda y Ecuador. Òmnium Cultural, en cualquier caso, puso en marcha una campaña para animar a los catalanes a regalar rosas amarillas para reivindicar la libertad de los presos. La entidad ha avanzado que tendrá 36.000 repartidas por las 113 paradas que desplegará en toda Cataluña.

Este año, en otro orden de cosas, se consolida la tendencia de envoltorios ecológicos, para responder a una demanda creciente de flores con menos plásticos y celofán. Lo que también se mantiene estable son los precios, que rondarán los cuatro euros de media por rosa. El 80% de las flores son importadas, sobre todo de América del Sur.

«La última trinchera de la libertad»

«Los libros son la última trinchera del conocimiento, del pensamiento sólido, de la libertad de pensamiento y la última trinchera de osadía intelectual». Estas palabras fueron pronunciadas ayer por la escritora Almudena Grandes durante su intervención con motivo del Pregón de la Lectura de Sant Jordi, en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, que consistió en una conversación entre ella y el escritor y periodista Antonio G. Iturbe. Grandes anunció que su próxima novela se titulará «La madre de Frankenstein» y estará ambientada en los «difíciles años 50, la triste década», según explicó la escritora.