Historia

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Los museos se llenan de cuentos de mujeres que cambiaron el mundo

Del Mnac al Museu del Disseny acogerán las historias de grandes personalidades para los más pequeños

Lluïsa Vidal fue la gran pintora del modernismo
Lluïsa Vidal fue la gran pintora del modernismolarazon

Del Mnac al Museu del Disseny acogerán las historias de grandes personalidades para los más pequeños.

Cuando Stephanie tenía ocho años se acercó a su madre y le preguntó: «mamá, ¿quién es Lynn Margulis?». El nombre le sonaba algo, pero no sabía si era una actriz de los años 20 o una de esas cantantes de pelo largo, grandes gafas y cara sonrosada, de esas que sonríen al mirar las flores y parecen caminar a cámara lenta. «No lo sé, cariño, luego lo buscamos», acabó por exclamar contrariada su madre. Le molestaba no saber qué contestar a las preguntas de su hija, y cada día parecía más difícil estar a la altura. Cogió a la niña de la mano y juntas buscaron el nombre en la enciclopedia, pero allí no había nada. «Puercos machistas», pensó con rabia.

Al día siguiente, Stephanie volvió a acercarse a su madre y le preguntó: «Mamá, ¿quién es Kathleen Kenyon?». Éste sí que lo sabía, aunque tenía dudas. ¿No era aquella arqueóloga inglesa que encontró... eso, algo, encontró eso...? No, no podía ser. ¡Quizá era esa modelo de rostro élfico que introdujo al mundo los pantalones co n pinzas y las piernas entornadas hacia dentro? Desechó ambas ideas. «No lo sé, cariño, luego lo buscamos», volvió a contestar aguantando su rabia y miró el reloj, porque era tarde. «Me acuerdo cuando era una mujer inteligente que sabía cosas», pensó para sí misma.

Una semana después, Stephanie volvió a acercarse a su madre, que vio los ojos de la niña y empezó a temblar. Allí estaba otra vez, con sus preguntas, no había que ser Sherlock Holmes para saberlo ¿Por qué no le preguntaba quién era Sherlock Holmes? Eso sí lo sabía. «Mamá, ¿quién es Lluïsa Vidal?». Y aquí ya la madre se enfadó. «¿Y por qué no se lo preguntas a tu padre, cariño? Qué crees, que todas las mujeres formamos un club y nos conocemos», gritó y no tardó ni un segundo en sentirse muy miserable. «Lo siento, cariño», dijo al instante.

La niña sonrió y con cierta sorna dijo que no pasaba nada, que sólo eran cosas de clase, no eran importantes. «Papá siempre me dice que te lo pregunte a ti, que son cosas de mujeres», añadió. Esto hizo que la cabeza de su madre quisiese marcharse lejos a morder todo lo que se pusiese en su camino. «¡Cómo que no son importantes, son las más importantes!», exclamó y cogió la enciclopedia en busca de nombres de mujeres relevantes. «Pero mamá, no te enfades, no necesito saber que las mujeres descubrieron la luna para saber que ahora cualquiera puede hacerlo. Yo pienso inventar la máquina del tiempo, y sino una fibre fuerte y versátil que repele las balas», afirmó la niña. Su nombre, Stephanie Kwolek, haría así historia.

Cinco museos de Barcelona colaboran ahora en el programa «Contes als museus per a nenes rebels», con el objetivo de poner en valor ante los más pequeños la labor de la mujer en los ámbitos de conocimiento de cada institución. La actividad, que consiste en sesiones de cuenta-cuentos, tendrá lugar en el Museu de Ciències Naturals de Barcelona, el Museu Marítim de Barcelona, el Museu d’Arqueologia de Catalunya, el Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Museu del Disseny de Barcelona.

En cada una de las sesiones, la actriz catalana Cristina Cervià narrará a los niños la vida de dos mujeres relacionadas con el núcleo temático del museo en cuestión, mientras la ilustradora Sònia González irá dibujando la biografía en directo. Los cuentos escogidos son narraciones creadas expresamente para esta actividad por la escritora Marta Armengol, tomando como base el libro recientemente editado por Estrella Polar «Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes».

La selección de figuras femeninas incluye, entre otras, a la pintora modernista Lluïsa Vidal, en el caso del Mnac, la arqueóloga inglesa Kathleen Kenyon en el Museo de Arqueología y la navegante oceánica de alta competición Anna Corbella para el Museu Marítim. Además, el Museu de Ciències Naturals de Barcelona propone a la bióloga estadounidense Lynn Margulis y el Museu del Disseny a la ceramista barcelonesa Madola (Maria Àngels Domingo Laplana).

Esta iniciativa se basa en la ya citada antología de biografías, escrita por Elena Favilli y Francesca Cavallo y editada por Estrella Polar, que reúne las historias de un centenar de mujeres, históricas y actuales, protagonistas de «hechos excepcionales». Las sesiones de cuenta-cuentos tendrán lugar durante cinco sábados entre el 10 de marzo y el 14 de abril de forma gratuita y cuentan con la colaboración de las editoriales Destino y Estrella Polar.

Por cierto, Stephanie Kwolek inventó el chaleco antibalas y, según el cuento, quién sabe si también la máquina del tiempo.