Cataluña

Los papeles del retorno de Tarradellas

Se publican en un libro los documentos personales del políticos relacionados con la restauración de la Generalitat

La imagen del regreso de Josep Tarradellas, uno de los momentos más importantes de la historia reciente de Cataluña
La imagen del regreso de Josep Tarradellas, uno de los momentos más importantes de la historia reciente de Cataluñalarazon

Desde hace algún tiempo, Dau Edicions se está dedicando a explicarnos de una manera diferente una parte de la historia de Cataluña, concretamente la relacionada con la vida y obra de Josep Tarradellas.

Desde hace algún tiempo, Dau Edicions se está dedicando a explicarnos de una manera diferente una parte de la historia de Cataluña, concretamente la relacionada con la vida y obra de Josep Tarradellas. Y lo hace de una manera rigurosa porque se basa en los numerosos documentos que el político catalán guardó celosamente y que hoy están disponibles a todos los investigadores que acuden al Arxiu Tarradellas i Macià en el monasterio de Poblet. El historiador Enric Pujol es el encargo de estudiar y recopilar los papeles que forman parte de la nueva entrega de la serie. En el nuevo tomo, titulado «Josep Tarradellas. El retorn del president (juny-desembre 1977)» podemos seguir todo lo relacionado con la restauración de la Generalitat tras la muerte de Franco hasta el regreso de Tarradellas con su celebérrimo «Ja sóc aquí!».

Entre las aportaciones más importantes e inéditas, destacan algunas de las cartas en las que podemos leer el impacto que tuvo en políticos, intelectuales y artistas la noticia del regreso de Tarradellas tras muchos, demasiados años de exilio en Francia. Una de las más interesantes es la que firma Josep Pla, uno de los incondicionales amigos del político. Fechada en agosto de 1977, el escritor ampurdanés escribe que «sembla que vindrà d’un moment a l’altra a aquest país. Magnífic. Molt i molt bé. El felicito per l’èxit que ha tingut a París i a Madrid, que fou extraordinari. Molt i molt bé». Pla aprovecha la misiva para darle algunos consejos para la formación de ese primer gobierno de la Generalitat: «Els diaris parlen del que serà la composició de la Generalitat provisional i diuen que vostè es trobarà al capdamunt hi haurà el Sr. Reventós Carner com a conseller en cap, tres socialistes més, dos comunistes, dos Jordi Pujol, dos Cañellas i algun encara més. Total: deu o més consellers. No ho troba excessiu donada la ignorància total del personal polític, les escasses possibilitats dels personatges que han sortit?».

Pla se muestra inflexible ante Tarradellas sobre la realidad que se vive en Cataluña en los primeros momentos de la Transición, especialmente ante la presencia de políticos de izquierda en el nuevo Govern: «Si aquest país és un problema nacional, només es pot guanyar amb un poble unit. Si és desunit, el desastre serà total, com la història demostra a cada moment. Hi ha d’haver menys carteres a la Generalitat imminent i les carteres importants han de ser donades a persones que sàpiguen crear aquesta immensa empresa. Li participo que, si la Generalitat es converteix en un afer socialista-comunista o del Front Popular, etc., molts catalans se’n desinteressarienntotalment. La Generalitat ha de ser de tots el catalans. Res més!». El autor de «El quadern gris» incluso se atreve a sugerir algunos nombres: «el Sr. Ontínez primer. Després jo hi posaria el Sr. Castellet, xicot intel·ligent. La classe política sortida amb les eleccions no val res de res. Sr. Tarradellas, es trobarà davant de la creació el mateix que hagué de fer Prat de la Riba. No s’equivoqui. Li desitjo un gran èxit».

Otra de las grandes aportaciones documentales del volumen son los diarios personales de Tarradellas y que nos permiten seguir su regreso a Cataluña o sus conversaciones con Adolfo Suárez, el por entonces presidente del Gobierno. Son páginas redactadas entre el 14 de junio y el 25 de julio de 1977 y donde no omite detalle alguno respecto a la compleja situación política del momento. Escribe Tarradellas: «Les primeres eleccions democràtiques després de tant de temps de no celebrar-ne van evidenciar dues coses: la pràctica impossibilitat de les tupinades per una banda i la desorganització caòtica del Ministeri de l’Interior a l’hora de transmetre les dades per l’altra». El 27 de junio vuela por primera vez a Madrid, temeroso, como le confesaría a Carles Sentís, de ser detenido por ser el sucesor de Lluís Companys.

Cuando se reúne ese día por la tarde en el Palacio de la Moncloa con Suárez le comunica que «he venido a Madrid para conocer el pensamiento del Gobierno acerca de Catalunya y lo que quieren Vds. hacer allí. Al mismo tiempo, desearía ser escuchado acerca de mi propio pensamiento y propósitos». Tarradellas queda sorprendido al constatar que previamente Jordi Pujol ha tratado de influir en Suárez aconsejándole un modelo diferente respecto a la restauración de la Generalitat, consistente en «primer una forma mínima d’autonomia, el “Consejo” o el que fos, i després d’un temps, l’Estatut, el qual hauria d’establir concretament la Generalitat, i aleshores s’hauria parlat del meu retorn o de la meva dimissió, segons les circumstàncies. Suárez hauria volgut que jo acceptés un pla semblant, però jo no podia acceptar-ho perquè era el president de la Generalitat i havia de defensar-la amb totes les meves forces». Aún tuvo tiempo de aconsejar a Suárez que «un jefe del Gobierno que no sepa solucionar el problema de Cataluña pone en peligro a la monarquía».