Literatura

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Maria-Antònia Oliver ya es un honor de las letras catalanas

La autora mallorquina es la cuarta mujer en obtener el galardón que concede Òmnium Cultural

MARIA-ANTÒNIA OLIVER, ayer, en la sede de Òmnium Cultural en Barcelona
MARIA-ANTÒNIA OLIVER, ayer, en la sede de Òmnium Cultural en Barcelonalarazon

La autora mallorquina es la cuarta mujer en obtener el galardón que concede Òmnium Cultural.

Maria-Antònia Oliver es una de las más interesantes voces de la narrativa en lengua catalana, alguien que pese a iniciar su carrera escribiendo en lengua española. Fue Aina Moll, su profesora de francés en el bachillerato, la que la introdujo en el estudio de la lengua y la literatura catalana fuera de las horas lectivas. Era pleno franquismo, pero Oliver dio un paso reivindicativo que tendría continuidad en 1970, publicando su primera novela. Desde entonces su firma ha aparecido en novelas, relatos cortos, teatros, artículos, traducciones o guiones para cine, televisión y radio.

La autora, nacida en Manacor, el 4 de diciembre de 1946, es desde ayer la ganadora del último Premio de Honor de las Letras Catalanas, galardón instituido por la entidad catalanista Òmnium Cultural en 1969 y se concede anualmente a una persona que por su obra literaria o científica en lengua catalana y por la importancia y ejemplaridad de su labor intelectual, haya contribuido de manera notable y continuada a la vida cultural de las comunidades de habla catalana.

La ganadora recibirá una dotación de 20.000 euros y una escultura, obra de Ernest Altés, en un acto que tendrá lugar el próximo 6 de junio en el Palau de la Música Catalana de Barcelona.

Autora de títulos como «Cròniques de la molt anomenada ciutat de Montcarrà», «Estudi en Lila», «Joana E.» o «Negroni de ginebra», también ha destacado por su trabajo como traductora de obras de Italo Calvino, Virginia Woolf, Julio Verne, Mark Twain, Robert Louis Stevenson y Herman Melville. Su propia obra ha conocido adaptaciones al inglés, alemán, español, francés, italiano, portugués y neerlandés.

La escritora premiada fue también una de las pioneras en cultivar algunos de los géneros casi ausentes de la literatura catalana, como la novela negra y detectivesca, «propicia para tratar temas candentes y sociales como los negocios sucios, la corrupción o la violencia de género», como explicó en nombre del jurado Lluïsa Julià; o la ciencia ficción, presente en «Lovecraft, Lovecraft», o la literatura erótica. Es precismamente en el género negro donde Oliver es autora de «un personaje entrañable y conocido como la inspectora Lònia Guiu, el primer personaje femenino que se convirtió en protagonista en la literatura catalana del género».

Maria-Antònia Oliver no pudo ocultar ayer su felicidad por lograr el Premio de Honor de las Letras Catalanas, recordando que es la cuarta mujer que ha logrado esta distinción.

«Cuando me comunicaron el premio fue como una inyección en vena de pan con aceite, tomate y olivas», dijo. El reconocimiento le ha dado ánimos para seguir, hasta el punto de asegurar que «había dejado de escribir, porque no podía, y ahora espero que pronto pueda tener otra obra mía en las librerías». Por ahora no ha querido adelantar qué escribirá, pero habrá nuevo libro.