Barcelona

Más de 91.000 hogares sobreviven sin ingresos ni subsidios públicos

Las familias en los que todos los miembros están en paro se triplican en 5 años

Tener trabajo no significa escapar por completo al riesgo de sucumbir a la pobreza
Tener trabajo no significa escapar por completo al riesgo de sucumbir a la pobrezalarazon

Sin un sueldo a fin de mes, sin ningún tipo de subsidio ni ayuda pública. Así sobreviven actualmente 91.000 familias. En 2007, los hogares en esta situación ascendían a 57.000. La pobreza crece en Cataluña a marchas forzadas a pesar de que entidades sociales y organismos públicos vengan alertando de ello desde que se iniciara la crisis hace ahora cinco años.

Los datos arrojados por el último informe del Consejo de Trabajo Económico y Social de Cataluña (Ctesc) sobre el riesgo de pobreza relacionado con el mercado laboral son pavorosos. El riesgo de pobreza de una familia con hijos dependientes en edad de trabajar pero en paro se ha disparado en sólo un año, de 2010 a 2011, hasta el 59 por ciento. De hecho, en apenas cinco años, el número de hogares en los que todos sus miembros están en paro se ha multiplicado por cuatro, pasando de 48.000 en 2007 a 194.000 en 2011. Asimismo, los núcleos familiares cuyo principal sustentador no tiene trabajo se ha multiplicado por tres, pasando de 89.000 a 281.000 en cinco años.

Trabajo en precario

En total, más de medio millón de hogares (566.000) está en riesgo de sucumbir a la pobreza, según los últimos datos oficiales analizados y que se refieren al año 2011. De hecho, según el último informe del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) hecho público esta semana, la reducción de los ingresos de las familias es la causa de que, en 2011, el 26,4 por ciento de los catalanes menores de 16 años viviesen en una situación de riesgo de pobreza, un 2,7 por ciento más que en el año anterior.

Sin embargo, tener trabajo no es sinónimo de estabilidad. El Ctesc destaca el «elevado riesgo de pobreza» entre los ocupados, sobre todo, entre los trabajadores del sector inmobiliario, de la construcción, la agricultura y la pesca, además de entre autónomos, contratados temporalmente o con jornada parcial. Más aún, según el Eurostat y en el marco de la Unión Europea, España está entre los países con un tasa de pobreza en el trabajo más alta, sólo precedida por Grecia y Rumanía. Alcanza el 12,7 por ciento, cuando la media europea es del 8,7 por ciento.

En cuanto al perfil de las personas en una situación más frágil y vulnerable, el informe apunta a los hombres de origen inmigrante y de más de 45 años que sólo han trabajado en un sector. Asimismo, también tienen serias dificultades para llegar a fin de mes las mujeres solas y las inmigrantes con dificultades para hablar catalán o castellano. Además, tal y como señalan las estadísticas desde hace meses, los jóvenes están en grave riesgo de pobreza. Personas hipotecadas, poco cualificadas y administrativos e investigadores también forman parte del colectivo más afectado por las crisis.

¿Qué hacer ante unas cifras que no paran de crecer y de una situación que deja de empeorar? El Ctesc ya lo advertía el pasado mes de julio, como lo han ido haciendo las entidades y organismo que prestan servicio a los más vulnerables: o se toman medidas urgentes o la fractura social es inevitable. «Reforzar el diálogo social y la protección a personas con riesgo de pobreza; mejorar los instrumentos para luchar contra este peligro y garantizar la protección de sus necesidades básicas, además de mejorar la eficiencia de las políticas de ocupación», son algunas de las nuevas propuestas.