Literatura

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Memoria en tinta

Memoria en tinta
Memoria en tintalarazon

Aquello que antes llamábamos tebeos y hoy denominamos como novelas gráficas hace es un magnífico vehículo para la evasión, para contar historias, pero también puede pasar a ser un documento de primer orden para que el lector se encuentre con la más dura realidad de nuestro tiempo. Eso es algo que sabe muy bien Miguel Fuster, un excelente dibujante y guionista que padeció 15 años en la calle. De todo ello dio fiel constancia como mejor sabe: dibujando.

La editorial Chula Ink ha tenido la buena idea de reunir en un solo volumen todas las andanzas de Fuster, un sobrecogedor trabajo que no deja indiferente al lector. «15 años en la calle. Obra completa» es un descenso a los infiernos por culpa del alcohol y con Barcelona como testimonio mudo de las penurias vividas por este dibujante.

Miguel Fuster empezó a convertir su tragedia en viñetas cuando fue salvado de la calle y del alcoholismo por la fundación Arrels. Como él mismo confiesa en el prólogo del libro, en aquel momento había tocado fondo y parecía que en su vida no había solución alguna. Era un deshecho humano y hacía tiempo que nadie sabía de su talento como artista. «Soy alcohólico en abstinencia, pero consciente de que seré alcohólico por el resto de mi vida», asegura Fuster en el volumen. Fue precisamente la gente de Arrels, hará dos años, la que lo animó a que narrara en un blog con sus dibujos y sus textos todo lo que le había pasado. Ese trabajo tan duro como fascinante impactó a los internautas. Era lógico, por tanto, que todo aquello diera el salto al papel, algo que finalmente hizo, recuperando el sufrimiento padecido en la calle, cuando la soledad y la desesperación se habían convertido en sus únicos compañeros.

Tiene Miguel Fuster, a pesar del drama, la virtud de dar voz a los marginados, a aquellos que son tratados como apestados sociales y que merecen una segunda oportunidad. Lo hace con un trazo contundente y valiente, en un claro blanco y negro, nada que ver con la mirada de postal a Barcelona y sus calles.

Nos encontramos una sobrecogedora historia, unas memorias en la que nada es exagerado porque es la realidad sin fisuras, sin maquillajes, buscando un sitio en el que poder pasar la noche sin saber si esa será la última. Dice Fuster en uno de los relatos de «15 años en la calle» que «he sabido lo que significa morir las 24 horas del día, en una agonía de miedo, dolor e indignidad. ¿Dignindad? ¿La había tenido alguna vez?»

El libro cuenta también con numerosos textos que nos ayudan a comprender lo pasado por Fuster. Por ejemplo, el periodista Jaume Vidal nos contextualiza quién era el artista antes de caer en el alcoholismo y vivir en la calle tras ser desahuciado. Tampoco faltan las palabras de los compañeros de profesión, de Luis García Mozos y Juan Royo. Ambos no discuten el evidente talento del autor y aplauden el coraje de superar el alcoholismo y contar esa historia en un libro como «15 años en la calle». Por su parte el crítico del mundo de la viñeta y profesional del ámbito de la inclusión social, Toni Boix, nos recuerda que el dibujante hace su trabajo «desde el abismo» y que ahora vueleve a hacerse oír.

Miguel Fuster ha reabierto sus heridas en tinta y ahora las comparte con todos.