Miedo a un Trump catalán

El debate sobre el populismo irrumpe con fuerza en los medios de Cataluña. Para combatir la mentira urge fomentar la educación crítica.

Tal día como ayer, hace 67 años, el ministro de Exteriores francés Robert Schuman dio un histórico discurso en el que se planteaba por primera vez la idea de crear una institución europea. Fueron los cimientos de la Unión Europea y para recordar esta efeméride, desde 1985, el 9 de mayo se celebra el Día de Europa. Coincidiento con este aniversario, la Fundación Carulla y ESADE presentó el «Anuario de Valores» que a partir del análisis de los ocho periódicos con mayor difusión en Cataluña –La Vanguardia, El Periódico, El País, La Razón, El Mundo, ABC, Ara y El Punt Avui– señala qué temas generan más debate entre los ciudadanos. Aunque el proceso soberanista en Cataluña y la corrupción en España siguen copando el interés mediático, el populismo ha irrumpido con tanta fuerza en las páginas de los diarios que el «Anuario de Valores» ha querido analizar con más profundidad sus causas.

Ángel Castiñeira, director del anuario, señaló durante la presentación del informe que sus causas «no sólo tienen que ver con los motivos socioeconómicos, sino con cambios importantes en los valores de nuestras sociedades occidentales».

Europa respira aliviada tras la victoria de Emmanuel Macron en Francia. Sesenta y siete años después, otro francés actúa como revulsivo para reinventar una Europa que lleva años sin levantarse del diván del psicoanalista. La UE se enfrenta al reto de refundar el proyecto europeo para contener el auge de los populismos. Porque no debe olvidar que la victoria de Macron, el fracaso del referéndum antieuropeo en Hungría y las victorias de europeístas en Austria y Holanda pintan una falsa calma. Basta con que la recuperación económica no llegue a la mayoría de la población para que el populismo prenda en las capas sociales más desfavorecidas.

Castiñeira subraya que si el populismo realmente llega a tener éxito puede poner contra las cuerdas no sólo el proyecto europeo, sino en clave más global, el proyecto de democracia liberal. Para la mayoría de analistas de los medios de comunicación existe una conexión entre el auge de la extrema derecha y de la izquierda radical en Europa, las derivas políticas e institucionales de Rusia, Hungria y Venezuela o las victorias del Brexit en el Reino Unido y de Donald Trump en los Estados Unidos.

El informe destaca que las políticas populistas tienen cuatro elementos en común: un discurso de confrontación del pueblo contra las elites, que se vehicula a través de liderazgos carismáticos, recurren a una simplificación demagógica de los problemas y las soluciones y hacen un uso acentuado de las emociones a través de la que mentira que ahora se hace llamar postverdad.

El anuario advierte de las causas del auge de los populismos para combatirlas. Señala la globalización, la crisis económica y el miedo a la pérdida de expectativas de futuro para los WASP (white, anglo-saxon, protestant), además de la crisis de valores comunitarios, que preocupa especialmente a Castiñeira. Porque al fin y al cabo, las preocupaciones de los españoles no son muy diferentes a las de los americanos que han llevado a Trump a gobernar.

Ambos andan preocupados por recuperarse de una crisis económica, que ha golpeado a la clase obrera, y ambos desconfían de unas elites políticas, en el caso español, enfangadas en la corrupción. El fantasma de 40 años de franquismo, los nacionalismos, un PP fuerte que hasta la fecha ha dado respuesta a las posturas más conservadoras que podrían abrazar un populismo de extrema derecha como el que representa Marine Le Pen en Francia, además de la oferta de Ciutadans y Podemos como alternativa al establisment han frenado la aparición de un Trump español. Para evitarlo y combatir la mentira, los articulistas añaden redefinir el Estado de Bienestar, reactivar la economía, nuevos liderazgos, virar hacia una Europa federal y fomentar una educación crítica