Barcelona

«No quiero ni plantearme la opción de cerrar porque me hundo»

La situación de las farmacias es extrema, aunque Salud pague el 30% de enero

Ante la deuda del Govern, los farmacéuticos se manifestarán el jueves, denunciarán los intereses de demora ante la Justicia y recogerán firmas
Ante la deuda del Govern, los farmacéuticos se manifestarán el jueves, denunciarán los intereses de demora ante la Justicia y recogerán firmaslarazon

BARCELONA- El pasado jueves, la conselleria de Salud anunció que pagaría el 30 por ciento de la factura farmacéutica de enero (32 de un total de 108,6 millones de euros), lo que supuso un respiro para el sector pero también despertó los recelos de los más de 3.000 profesionales que dispensan medicamentos en Cataluña. Es el caso de Emili Moliner y de Sara Pros, ambos farmacéuticos cuya situación es límite por los impagos acumulados del Govern, que ascienden a 270,12 millones de euros.

Hasta la fecha, 14 boticas se han visto obligadas a bajar sus persianas. Si la Generalitat no paga a las farmacias, la cifra de cierres puede aumentar. Es el caso de Moliner, que a sus 43 años y siendo titular de una pequeña farmacia en Barcelona desde hace 7 años, hace malabarismos para llegar a final de mes. «No tengo sueldo, ahora voy tapando agujeros», explica y añade que está pendiente de que el banco le permita recuperar el capital invertido en la hipoteca de su vivienda para afrontar los impagos a los que le ha abocado la deuda de la Generalitat. De momento, ha tenido que prescindir de un trabajador, reducir la jornada a otros dos y no ha podido hacer frente al alquiler de local este mes.

«Doy gracias a las cooperativas porque me están parando el golpe», declara. Son dos cooperativas las que le suministran los medicamentos que requiere para atender a la población y a las que ha trasladado la deuda que Salud tiene con él para no quedarse sin existencias. Dos laboratorios farmacéuticos ya le han advertido que no le distribuirán más. Pero Moliner no quiere ni pensar en la posibilidad de cerrar, «porque me hundo». Bajar la persiana de una farmacia no es, además, nada sencillo. Por un lado, Salud debe dar el visto bueno y, por otro, todas las deudas contraídas son a título personal, no empresarial, por lo que el farmacéutico volvería a casa sin trabajo y con la obligación de cumplir con créditos e impagos.

«Todos y cada uno de nosotros estamos afectados», asegura Sara Pros. Es titular de la única farmacia de Solivella, un pueblo de 700 habitantes. Su situación no es tan extrema como la de Moliner pero señala que «la incertidumbre es tal que el aval del CatSalut ya no sirve para acudir a los bancos». Y añade, «la farmacia es un equilibrio que se va rompiendo ante los impagos». Hacer una previsión de los fármacos que se van a necesitar es prácticamente imposible, por lo que muchas boticas han pasado a pedirlos cuando un cliente los solicita, por lo que éste se ve obligado a volver al establecimiento o probar suerte en otra farmacia.

Tanto Pros como Moliner se manifestarán el próximo jueves para reclamar al Govern que dejen de utilizarlos como moneda de cambio. Y es que, como plantea Moliner, «¿de dónde han salido esos 32 millones cuando 48 horas antes el conseller Ruiz aseguró que no sabía cuándo podría pagarnos?». De hecho, los últimos recursos recibidos del Fondo de Liquidez Autonómico se remontan al mes pasado, con un total de 102 millones de euros. Moliner lo tiene claro: «como ciudadanos nos están tomando el pelo».