Consejo de Ministros

PP y Ciutadans retan al Parlament a implantar el bilingüismo en las aulas

La consellera de Ensenyament, Irene Rigau, en una intervención parlamentaria
La consellera de Ensenyament, Irene Rigau, en una intervención parlamentarialarazon

Aunque los fallos judiciales a favor de que el castellano sea lengua vehicular en la escuela no dejan de acumularse, el frente partidario del modelo de inmersión en catalán no piensa dar su brazo a torcer e introducir correcciones. El Parlament debatirá en el pleno la próxima semana dos proposiciones de ley –una de PP y otra de Ciutadans– cuyo objetivo es modificar la Ley de Educación de Cataluña (LEC) para equiparar el castellano al catalán, pero ninguna de las dos saldrá adelante, puesto que los grupos de CiU, ERC, PSC e ICV-EUiA ya han anunciado enmiendas a la totalidad a estas iniciativas y suman mayoría.

Así las cosas, las reiteradas decisiones judiciales relativas a la lengua en la escuela del Tribunal Constitucional (TC), el Tribunal Supremo (TS) y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) continuarán siendo papel mojado para la Generalitat. A cada fallo, el gobierno catalán ha respondido de la misma manera: la inmersión no se toca, la inmersión es garantía de cohesión social.

La «Ley Wert»

Tampoco los intentos del Gobierno para garantizar el derecho de una educación bilingüe han surgido efecto hasta el momento. La denominada «Ley Wert» –la ley orgánica de mejora de la calidad educativa (Lomce) que se está tramitando en el Congreso– fue recibida por la Generalitat como un ataque a su autogobierno en particular y al catalanismo en general. El plan del Ministerio de Educación era pagar la educación de los niños cuyos padres soliciten la enseñanza en castellano y, luego, detraer este importe de las transferencias que recibe la Generalitat en materia educativa.

El Govern de Artur Mas reaccionó de forma airada tras esta iniciativa del Gobierno. El president convocó una cumbre junto al sector educativo y junto a los partidos políticos que defienden la inmersión con el propósito de advertir que iban a defender «con uñas y dientes» el actual sistema educativo.

«Esta gente que quiere dividirnos, que nuestros modelos se echen a perder, que quiere romper la cohesión social, será combatida por vías democráticas, pero hasta las últimas consecuencias», advirtió el president.

Lo cierto es que Mas no está solo en su rebelión contra las decisiones judiciales y contra los intentos del Gobierno para equiparar el castellano al catalán. Así se pudo ver ayer durante las comparecencias de expertos educativos en el Congreso que estudian la Lomce. El presidente del Consejo Escolar de Cataluña, Ferran Ruiz, llamado a comparecer por los grupos catalanes, consideró que poner fin a la inmersión e instaurar un modelo bilingüe sería tanto «perjudicar» al castellanohablante, ya que, a su entender, perderá referentes relacionados con el catalanismo. «El castellanohablante sin inmersión reforzará una cultura estrictamente ajena a todo lo catalán y su cultura», dijo el presidente del Consejo Escolar de Cataluña como argumento para impedir que el castellano tenga el mismo trato que el catalán en la escuela.

Ruiz también aprovechó para arremeter contra otros puntos de la Lomce porque, en su opinión, lo que se pretende es incrementar «la homogenización» escolar y el «control administrativo», de tal manera que el Ministerio de Educación se convierta en un «cuartel general».

Con este ataque del Consejo Escolar de Cataluña –un organismo que agrupa a centros educativos públicos y concertados– a la Ley Wert se pretende disuadir al Gobierno de sus intenciones iniciales, aunque el Ejecutivo, cabe recordarlo, tiene mayoría absoluta en el Congreso.