Política
Puigdemont alardea de su Gobierno «sólido» aunque no tiene presupuestos
El presidente de la Generalitat hurga en el «desgobierno» de España y lo contrapone al Ejecutivo de Junts pel Sí «con mayoría parlamentaria, activo y que presenta leyes»
Apenas lleva un mes en un cargo que aceptó un sábado a mediodía y con el que tan siquiera soñaba ese mismo sábado por la mañana, pero para Carles Puigdemont ya ha pasado el suficiente tiempo como para sentirse al frente de un gobierno ejemplar, sobre todo cuando observa el bloqueo institucional en España. Al presidente de la Generalitat no le gustó que Mariano Rajoy viniera este fin de semana a Barcelona a advertir que «el Estado no está en funciones» y que, por tanto, cualquier desafío soberanista (tenga la forma que tenga, sea de ley o de conselleria) será combatido «sin tregua». Y, por eso, Puigdemont no dudó en lanzar ayer un contraataque desde Molins de Rei (Barcelona), donde participó en la feria de la Candelaria.
«En la política española hay desgobierno de momento, y no parece que a corto plazo haya la voluntad de hacer un gobierno que resuelva los problemas de la gente», consideró el presidente de la Generalitat, que, a continuación, aconsejó «un ejercicio de responsabilidad» poniendo como ejemplo a su propio Ejecutivo de Junts pel Sí, apoyado por la CUP. «Es un gobierno sólido, con mayoría parlamentaria, que trabaja, que ya presenta leyes el parlamento, que está activo, que está al lado de la gente», se felicitó. No mencionó, sin embargo, que la CUP ha evitado dar su garantía de apoyo a unos presupuestos de 2016 que están muy verdes.
En todo caso, Puigdemont pidió tanto a Mariano Rajoy como a Pedro Sánchez que se centren en problemas reales y no usen a Cataluña con «intereses partidistas». «Lo que esperamos de un gobierno, sea en funciones o no, es que no haya disfunciones y que funcione, y de momento ni funciona ni evita generar disfunciones», afirmó. Y añadió: «Constatamos, con una cierta estupefacción, como los problemas que realmente afectan a la gente, vivienda, trabajo, energía, no son objeto de decisiones importantes de la política española y, en cambio, cuando se trata de usar Cataluña por intereses partidistas hay una cierta coincidencia».
Finalmente, Puigdemont se dirigió a Rajoy y a su expresión de «no dar tregua» al soberanismo y le pidió que emplee «un lenguaje apropiado para intentar relacionarse con lo que es un planteamiento democrático, pacífico, popular, transversal e, incluso, simpático, de una parte del pueblo de Cataluña» como es el independentista.
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