El desafío independentista
Puigdemont se abre a la vía unilateral para superar la cuestión de confianza
El president activa contactos para negociar la moción que la CUP, que quiere dejar atado el tema antes de agosto
El president activa contactos para negociar la moción que la CUP, que quiere dejar atado el tema antes de agosto.
Aunque Joaquín Sabina diga que «hace tiempo que el tiempo no es oro ni cura el dolor», el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha tenido suficiente con un mes para perdonar a la CUP por dar la espalda a los presupuestos del Govern, pese a tener firmado un acuerdo de estabilidad parlamentaria. Puigdemont, que ayer llegaba sonriente a la reunión del consejo ejecutivo, dará una segunda oportunidad a los antisistema. Se reunirá con ellos en los próximos días para negociar su futuro, vinculado a la cuestión de confianza a la que decidió que se someterá en septiembre, tras el veto de la CUP a los presupuestos de este año.
Hace semanas que el Govern trabaja con discreción en el redactado de la cuestión de confianza. Irá ligada al proyecto presupuestario de 2017, en el que Oriol Junqueras también ha empezado a trabajar, y a una hoja de ruta revisada. Y como esta hoja de ruta no renuncia a la independencia de Cataluña, la CUP vuelve a ser el único partido del hemiciclo que puede ayudar a Puigdemont a superar la cuestión de confianza, pese a que el president de la Generalitat activará contactos con todos los grupos.
Para ganarse, valga la redundancia, la confianza de la CUP, la comisión del proceso constituyente aprobó, con los votos de Junts pel Sí y los antisistema, unas conclusiones ambigüas que contemplan «un mecanismo unilateral democrático» para avanzar hacia la independencia. Para la CUP, este mecanismo es el referéndum unilateral de independencia (RUI). Para Puigdemont el RUI es uno de los mecanismos unilaterales, pero no el único. La portavoz del Govern, Neus Munté, avanzó que está abierto a valorar cambios para «reforzar» la hoja de ruta con cualquier «escenario democrático» que genere consenso. La CUP, que pidió una reunión urgente con el president para presentarle su propuesta estratégica «Enfilem-nos» y acordar la cuestión de confianza en julio con la intención de no dejar todo el trabajo para septiembre, es clara, quiere un RUI. Pero dentro del Govern hay discrepancias. El conseller de Cultura, Santi Vila, que también llegó sonriente ala reunión, dice en una entrevista en el Diario «Ara» que el RUI es «una oportación inoportuna e injustificada». Por delante queda una difícil negociación.
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