Barcelona
Rajoy apela a la colaboración institucional ante Puigdemont
Los presidentes coinciden por primera vez en el acto de homenaje a las víctimas de la tragedia de Germanwings en Barcelona.
Los presidentes coinciden por primera vez en el acto de homenaje a las víctimas de la tragedia de Germanwings en Barcelona.
Igual que de los errores se aprende, de los siniestros aéreos también deberían aprenderse lecciones, aunque no siempre se toman en cuenta y otras tardan demasiado en aplicarse. Por ejemplo, hasta 2020, más de diez años después del accidente del 447 de Air France que cayó sobre el Atlántico, no se ampliará la batería de las cajas negras para facilitar su localización. Tras el 11-S, también se introdujeron nuevas medidas, como blindar las puertas de los aviones e incorporar un mecanismo de seguridad que permite bloquear el acceso desde dentro de las cabinas para proteger a los pilotos de amenazas que puedan venir de los pasajeros. El vuelo 9525 de Germanwings, que cubría el trayecto Barcelona-Düsseldorf, con 144 pasajeros a bordo, y copilotaba Andreas Lubitz, tenía las puertas blindadas. Pero entonces no era obligatorio, como sí lo era en Estados Unidos, que dentro de la cabina hubiera siempre dos personas.
Un año después de la tragedia, la asociación de afectados del vuelo GWI 9525, que se estrelló en los Alpes franceses, pidió más controles para que nunca más vuelva a ocurrir una tragedia semejante. Lo hizo en el acto que ayer organizó en la Terminal T2 del Aeropuerto de El Prat de Barcelona, frente al mural de Joan Miró, donde además de un centenar de familiares y amigos de las víctimas, acudió una amplia representación institucional. En el homenaje coincidieron Mariano Rajoy y Carles Puigdemont. Era la primera vez que el presidente del Gobierno coincidía con el president de la Generalitat. Aunque el encuentro llega en un momento en que los puentes de diálogo entre ambos ejecutivos están dinamitados, por comodidad o educación, ambos esquivaron la política y cedieron el protagonismo a las víctimas.
Rajoy recogió el guante de la presidenta de la asociación de afectados, Silvia Chaves, que perdió a su esposo en la tragedia. Coincidió en que hay que mejorar los sistemas de seguridad para controlar a los pilotos y sus partes médicos. «No hay mejor manera de honrar a las víctimas», subrayó Rajoy.
El presidente del Gobierno, reclamó «el compromiso de todos par evitar que se repitan tragedias similares». Rajoy quiso destacar que colaborar suma. Recordó que hace un año, unidos por el dolor, voló con el entonces president de la Generalitat, Artur Mas, al lugar del accidente, en los Alpes franceses. Allí se encontraron con el presidente galo, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel. Aunque «no fueron momento fáciles», dijo estar «orgullosos» de la colaboración entre Francia, España y Alemania en la gestión del siniestro. También destacó la colaboración «entre nosotros, Gobierno Generalitat, ayuntamientos, Policía, Mossos, los servicios sanitarios y la Cruz Roja».
Rajoy trasladó a las víctimas la voluntad del Gobierno de introducir los cambios que reclaman para evitar una tragedia igual. «La seguridad náutica debe ser una de nuestras prioridades», insistió
También Puigdemont incidió en que tenemos que cambiar las leyes para evitar catástrofes aéreas como las del vuelo de Germanwings. El president de la Generalitat admitió que fue una catástrofe evitable. Tras proclamar que «la bondad, siempre ese impone a la maldad», coincidió con Rajoy en que «en los peores momentos de un país siempre sale lo mejor de sus ciudadanos». Para muestra puso el accidente de Freginals (Tarragona), en el que trece alumnas de Erasmus en Barcelona perdieron la vida, y los atentados en Bruselas de anteayer.
Rajoy y Puigdemont no hablaron de política, ni de la investidura ni de la posibilidad de reunirse como han hecho Pedro Sánchez y el president de la Generalitat. Puigdemont esperará a que hay nuevo presidente del Gobierno para pedir cita en la Moncloa. El protocolo y la cordialidad marcó el encuentro. Apretón de manos ala llegada, saludo escueto y despedida protocolaria. Puigdemont acompañó a Rajoy hasta el coche oficial al acabar el acto. Anduvieron poc más de 25 metros en los que fuentes del Govern explicaron que no hablaron de política.
Durante el acto, Rajoy se sentó al lado de Puigdemont, pero habló más con la ministra de Fomento, Ana Pastor, que tenía sentada al otro lado. En primera fila, también estaban la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Estas instituciones, además de Germanwings y el embajador de Francia entregaron una corona de flores a las víctimas. Muchos de los familiares estarán hoy en los Alpes, en el lugar del accidente, donde algunos tratarán cerrar heridas, haciendo caso del poema que se leyó antes de concluir el acto: «Creyó que el dolor lo mataría, pero pronto descubrió que cada mañana amanecía».
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