Prevención

Salud cesa al médico que atribuyó la muerte de dos pacientes a los recortes

El Vall d’Hebron justifica la suspensión del jefe de Cirugía Cardiaca porque «no se sometió al examen de evaluación obligatorio»

La Razón
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El Vall d’Hebron justifica la suspensión del jefe de Cirugía Cardiaca porque «no se sometió al examen de evaluación obligatorio»

Una semana después de que el jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Vall d’Hebron, Manuel Galiñanes, denunciara ante el Síndic de Greuges la muerte de dos pacientes por los recortes en sanidad, el Instituto Catalán de Salud (ICS) ha decidido cesar a este médico. Desde ayer, Galiñanes ha dejado de ser el jefe del servicio.

Según fuentes del hospital, la decisión vino motivada porque el cirujano optó por no someterse a un proceso de evaluación obligatorio para renovar el cargo, una prueba que todos los jefes de área deben pasar cada cuatro años para no perder la plaza. Sin embargo, el abogado del ex jefe de cirugía del Vall d’Hebron explicó que su defendido tiene hasta enero de 2016 para pasar el examen, que tenía previsto comenzarlo este mes y que la gerencia del hospital se lo ha impedido al asegurar que el tiempo para presentarse «ha prescrito».

Manuel Galiñanes ha sido sustituido por el jefe clínico del Servicio de Cirugía, Albert Igual, y relegado a la posición de médico adjunto del centro, donde ayer se encontraba pasando consulta.

Su marcha, sin embargo, se ha visto con reticencia en los sindicatos en defensa de la sanidad pública, que demandaron a la Conselleria de Salut abrir «una investigación en profundidad» de la muerte de los dos pacientes.

El cirujano del Vall d’Hebron relató hace una semana a «La Vanguardia» el fatal desenlace de dos personas que esperaban a ser intervenidas en agosto –una época en la que, por lo general, se reduce la actividad hospitalaria– y su intención de remitir toda la información al Síndic de Greuges.

Galiñares contó que una de ellas murió cuatro días antes de ser intervenida y esperando en el hospital, ingresado. Y que el segundo caso es todavía más delicado: se trataba de una persona que ya tenía programada la entrada en el quirófano, pero la última se anuló porque el paciente tenía fiebre. Cuando le volvieron a llamar, conocieron que había fallecido en su domicilio.

El gerente del Vall d’Hebron, Vicenç Martínez, se defendió entonces asegurando que «estos dos casos no tienen nada que ver con los recortes ni la forma de trabajar», puesto que el primer paciente ingresó por una patología terminal que nada tenía que ver con su enfermedad coronaria, y que la intervención del segundo se pospuso por criterios clínicos.

Ya desde ese momento, la dirección del hospital aseguró que las acusaciones de Galiñanes se debían a «motivos personales», entre las que citó la negativa del médico a pasar la evaluación obligatoria. Y recalcó que los quirófanos en verano se «abrieron a demanda» y que no hay lista de espera en cirugía cardíaca. Una versión muy alejada de la presentada por el médico «díscolo», quien ya avisó al Departamento de Salud de la deriva de pacientes de otras especialidades a las camas reservadas para la cirugía cardiovascular, del uso de los quirófanos de esta unidad para intervenciones menores y del despido de los dos cirujanos contratados para reducir las listas de espera,

Por su parte, el Síndic de Greuges también ha abierto una inspección para aclarar lo sucedido. De hecho, antes de que el médico pusiese la queja, el ICS y el hospital ya se habían adelantado a entregar la documentación del caso para agilizar la investigación. El defensor del pueblo emitirá una resolución en los próximos días.