Flamenco

Siete años recordando a Morente

Chicuelo, Arcángel y Kiki Morente cantan en homenaje al maestro, mientras figuras del jazz como Andrea Motis o Ramón Cardo le brindan un Réquiem

Enrique Morente fue uno de los grandes referentes del flamenco español en los últimos 40 años
Enrique Morente fue uno de los grandes referentes del flamenco español en los últimos 40 añoslarazon

Lluís Cabrera tenía 16 años cuando se atrevió a ir a Madrid con un único objetivo, conocer a Enrique Morente y pedirle si podía bautizar su peña flamenca con su nombre.

Lluís Cabrera tenía 16 años cuando se atrevió a ir a Madrid con un único objetivo, conocer a Enrique Morente y pedirle si podía bautizar su peña flamenca con su nombre. Era 1970, hace 47 años, pero nacía así una relación fraternal que convirtió Barcelona en una especie de segunda casa para el cantaor. «Éramos hermanos. Para mí siempre fue mi maestro, quien me abrió la mente y me enseñó las maravillas de la libertad», asegura el fundador del Taller de Músics, que reconoce que todavía sueña con su amigo. El 13 de diciembre se cumplen siete años de la muerte de Morente y era el momento de hacerle el gran homenaje que merece. «El número siete tiene algo de misterio, de mágico, estoy seguro que despertará a los espíritus», asegura Cabrera.

De esta forma, la Sala Barts acogerá el 13 de diciembre, a las 21.00 horas, el espectáculo «Réquiem a Enrique Morente. In Memoriam», un montaje del Taller de Músics que unirá flamenco, jazz y clásica para reivindicar la figura del cantaor. «Era un clásico entre los clásicos. Antes de cantar «Omega», hacía palos clásicos que ya nadie canta. Tenía esa capacidad de buscar nuevas vías a partir de la tradición», asegura Cabrera, quien fue su cómplice a la hora de plantear proyectos mágicos como su rendición de Albéniz o se encuentro con el mejor batería de jazz de la historia, Max Roach. «Era un excelente conversador, versátil, tan astuto como inteligente, intencionadamente canalla, pero de gustos refinados. Por ejemplo, nunca ocultó su pasión por la ópera. Se enorgullecía de su sincera amistad con Alfredo Kraus», añade Cabrera.

El montaje

El montaje, dirigido por Joan Albert Amargós, estará dividido en dos partes. La primera, bautizada «Alegoría», será completamente flamenca con la guitarra de Chicuelo y las voces Kiki Morente, hijo del cantaor homenajeado y Arcángel. «Para mí, Arcángel representa mejor que nadie la reencarnación del maestro, recoge a la perfección su esencia para las nuevas generaciones», asegura Cabrera.

La segunda parte será el Réquiem propiamente dicho, una composición de Joan Díaz a imagen y semejanza de los réquiems clásicos en formato jazz y voces flamencos. Manuel Forcano ha elegido los textos de la obra que incluyen poemas del propio Cabrera, Mario Benedetti, Antonio Machado, Miguel Hernández, Jorge Guillén, Rafael Alberti y García Lorca. «Se le han colgado muchas etiquetas, pero era una persona muy sencilla y humilde. Era un ser inquieto que quería conocer otros lenguajes musicales, gente de la danza, el cine, el teatro y la literatura. Esta inquietud le llevaba a hacer lo que a veces la ortodoxia llamaba locuras, pero sin locuras todo estaría parado», recuerda Cabrera.

En principio, éste réquiem tenía que haberse realizado con la OBC en el Auditori, pero el desencuentro con el que tenía que ser su director y compositor, Enrique Palomar, echó por tierra el proyecto. «De los desencuentros nacen otros encuentros. Cuando tomaba algo con Enrique, el siempre se negaba a tomar la última. Será la penúltima, la penúltima, decía», rememora Cabrera ante otro homenaje a este coloso.