Barcelona
Un agosto para reír
El teatro también merece vacaciones, pero la cartelera queda prácticamente desierta en este mes, a excepción de pequeñas y valientes salas que apuestan por la ironía y la comedia para cubrir el mono de artes escénicas
El teatro también merece vacaciones, pero la cartelera queda prácticamente desierta en este mes, a excepción de pequeñas y valientes salas que apuestan por la ironía y la comedia para cubrir el mono de artes escénicas
Joan P. Bacardí era un hombre de ingenio, un tipo alto, de barba tupida, muy divertido, mordaz y al que le hacía tanta gracia sus propias bromas que las repetía a todas las personas que veía. Y veía a muchas, y también se reían. Sin embargo, cuando llegaba agosto y comenzaba sus vacaciones, se afeitaba la barba y se volvía un tipo callado, aburrido y sin ganas de ver a nadie. Decía que quería descansar por completo de su difícil año y que sólo descansando todas sus aptitudes podía disfrutar verdaderamente de sus vacaciones. Incluso andaba curvado para no parecer tan alto. «Tendremos que esperar a septiembre a habalr con él», decían sus conocidos cuando lo veían así por la calle. Prácticamente tenía el cartel de cerrado en la cara y cuando eso ocurre hay que respetarlo.
Joan le gustaba el teatro, pero en agosto decía que lo odiaba para descansar también de sus gustos y aficiones. Tampoco se perdía gran cosa, porque la cartelera en agosto parecía siempre un páramo, uno urbano, sin matorrales ni vegetación alguna, sólo con una abuela con bastón que le pedía a un turista uruguayo si podía leer el cartel de «cerrado por vacaciones». Lo podía leer y lo leía y la abuela se ponía como una moto, es decir, hacía arrgggh arrrgh y volvía a triste y fastidiada a casa. Si al menos su nieto fuese a visitarla para hacerla reír, pero también estaba de vacaciones.
Y sin embargo, este verano hay varias propuestas interesantes para quitarse el mono de teatro. Espacios como el Maldà, el Eixample Teatre o las salas Versus y Gaudí se atreven a mostrar todo un abanico de espectáculos en las que destaca el humor más ácido, la ironía sobre las maneras y costumbres contemporáneas y la música fresca y más grande que la vida para afrontar el calor de agosto. Porque si no te puedes reír del hecho de que te quedas en Barcelona mientras los demás se han ido de viajes exóticos a la porra, de qué sirve ni siquiera intentar ver el lado positivo de las cosas.
El Eixample Teatre, por ejemplo, reduce su actividad de viernes a domingo, pero en agosto propone montajes como «Amor Verbenero», una comedia romántica protagonizada por Adrià Olay y Aránzazu Ruiz que se ponen en la piel de dos jóvenes que se encuentran siempre en la fiesta mayor de un pequeño pueblo en verano y que acabarán por comprobar que el amor, más que nada, es tozudo. Comedia también es «Pijames», de Ferran González, autor de «Pegados». Aquí convierte la cama de una pareja, protagonizada por Karen Gutiérrez y Rubén Yuste, en un cuadrilátero donde iniciarán diferentes peleas. La misma temática que «Orgasmos», comedia sobre la difícil convivencia con el otro sexo, incluso con el mismo, protagonizado por Roger Pera. Y además continúan éxitos de la temporada como la aclamada «Sex Escape», la magia familiar del Mag Ramó, o los números mentalistas de Luis Pardo.
En el Versus Teatre acaban de estrenar «Separacions», subtitulada «la comedia menos romántica del verano». Ever Blanchett nos explica ocho separaciones con un denominador comú, la caída en la monotonía. Además, el teatro programa «El funeral de Mary-Lin», comedia dramática en la que tres hermanos se reencontrarán en el funeral de su madre sólo para descubrir que en realidad nunca tuvieron ni idea de quien eran los otros. La obra es de Pere Anglàs y la dirige Óscar Molina. Y en el Teatre Gaudí han prorrogado «Tancats», una ácida comedia que indaga en el estamento de la familia para encontrar todas sus locuras y absurdidades. El texto es de Gal Soler y también la dirige Óscar Molina.
Por último, recordar que el 5 de agosto comienza «Peter Pan» en el Maldà, la adaptación de L’Excèntrica de la obra teatral original de J. M. Barrie. Además, cada jueves el Café Teatro Llantiol acogerña «Peluquería de barrio», otra alocada comedia dirigida por Rocío Raval. Y la Associació Cultural Comediarte presentará «Un tonto en una caja», de Martín Giner. En definitiva, mucha comedia para unos días en los que están de vacaciones pueden irse al cuerno porque aquí aún hay teatro.
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