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Un Shakespeare joven y feminista

El Onyrix acoge la versión «feminista» de «La fierecilla domada» de Els Pirates Teatre

El elenco de la compañía Els Pirates Teatre en “Les feres de Shakespeare”
El elenco de la compañía Els Pirates Teatre en “Les feres de Shakespeare”larazon

El Onyrix acoge la versión «feminista» de «La fierecilla domada» de Els Pirates Teatre

Silvia corrió a ocultarse detrás del piano. No sabía qué hacer, pero tenía claro que no tenía tiempo. Con las prisas, se tropezó y acabó junto a las faldas de las cortinas de lana. No tuvo más remedio que hacerse pequeñita allí abajo y rezar para que nadie la viera. Shakespeare entró en ese momento en la estancia, con el estruendo de la caída todavía presente. «¡¡Quién anda ahí, descúbrase!!», gritó iracundo, poniéndo su mano en la empuñadura de la espada que le colgaba en la cadera.

Silvia no quería morir, y menos por la espada de William Shakespeare. Cuando iba a descubrirse y confesar, vio que debajo de su misma cortina salía otra mujer. «Soy Carlota de Boise», dijo aquella extraña y bella mujer y dijo que venía del año 1678. «Soy Margarita Weindfermerh» oyó entonces y otra señora apareció a su lado, asegurando ser del siglo XIX. «Soy Sara Salinas», dijo otra y señaló que había nacido en 1789, en el París de la Revolución. Empezaron a salir más y más señoras, hasta que Silvia contó 48, todas de diferentes épocas y países, pero todas con algo en común, su deseo de mirar hacia delante, no hacia atrás, y odiando estar allí.

Silvia tuvo entonces el valor de salir de su escondite. «Soy Silvia Savini, nací hace tres minutos y aparecí de pronto en un cuarto con un piano y una cortina de la que salen mujeres del futuro. Lo único que quiero decir es que William Shakespeare es una mujer, está claro» y se calló. Quería decirlo y lo dijo. Y desde ese día, lo fue, porque el futuro siempre es de los que quieren.

La compañía Els Pirates Teatre lleva al Onyrix Teatre su enérgética, juvenil y alegre versión de «La fierecilla domada», de William Shakespeare. Bajo el título, «Les feres de Shakespeare», la joven compañía, que se estrena en un montaje de gran formato, han puesto música, exaltación y un claro protagonismo femenino a una obra que bajo los estándares de hoy día podía hasta describirse como machista. «El primer reto era encarar un texto machista y por esta razón decidimos cambiar el punto de vista del relato, dando voz a las protagonistas femeninas y haciéndolas actuar», aseguró ayer Ariadna Pastor, quien firma la adaptación.

Del 29 de junio al 28 de julio podrá verse un montaje perfecto para atraer al teatro a las nuevas generaciones en las que el universo de Shakespeare se sacude un poco y se le busca una nueva luz. Gana importancia la música, de Ariadna Carbó, las coreografías, y una dirección de Adrià Aubert fresca y llena de matices. Entre los principales cambios, el espectáculo convierte a Lucencio en una mujer que se hace pasar por su hermano y llega a Padua para estudiar medicina, una alteración dramatúrgica que «introducía el tema del travestismo y el de una relación homosexual», señala Aubert.

Tres mujeres y un mundo

Por lo demás, nada cambia. Nos encontramos en Padua, en el año 1594, época en la que nace la medicina moderna. La obra narra la vida de tres mujeres, Caterina, Bianca y Lucenzia, que «a través de su inteligencia, su valor y su determinación consiguen transformar su destino», afirma Aubert. De esta forma, Lucenzia se disfraza de hombre para estudiar en la universidad; Bianca inicia un nuevo camino para descubrir su identidad, y Caterina se rebela contra un matrimonio forzado.

Musicalmente, la obra es una original mezcla de lenguajes, de la opereta a la comedia musical o el jazz de los años 20, así como pinceladas barrocas a través de madrigales, recitativos y ostinatos que conversan con swing, blues o pop. Para ello necesitan dotados intérpretes, en un elenco encabezado por Laura Aubert, Lloll Bertran, Mariona Castillo, Ricard Farré, Laura Pau, Lluna Pindado, Arnau Puig y Jordi Vidal, sange joven y vieja guardia para proyectar el futuro.