Exposición
Una mirada líquida
El Museo del Cine conmemora el centenario del rodaje de «20.000 Leagues Under the Sea»
El Museo del Cine conmemora el centenario del rodaje de «20.000 Leagues Under the Sea».
El verano está asociado, cinematográficamente hablando, con títulos de aventuras, de acción que nos llevan a mundos inimaginables y a los que nos gustaría adentrarnos. Eso debieron pensar, hace ahora cien años, los que presenciaron por primera vez «20.000 Leagues Under the Sea», adaptación para la gran pantalla de uno de los títulos más destacados en la obra de Julio Verne. La producción contaba con la virtud de incorporar imágenes submarinas realizadas por John Ernest Williamson y que fueron todo un impacto para los espectadores de la cinta, especialmente al contemplar la lucha entre un buscador de perlas y un monstruo marino.
El Museo del Cine conmemora estos días el estreno de esa película con una exposición que tiene como punto de partida una idea original de Andrés Clarós, a la que se le suma su colección privada de cámaras submarinas. Todo ello ayuda a celebrar el trabajo llevado a cabo por en la adaptación de Verne, además del que realizaron los pioneros de todo aquello relacionado con la divulgación de los mundos submarinos.
Primeras fotografías
Las primeras imágenes captadas por una cámara debajo del agua son anteriores al cinematógrafo. Hay que remontarse a 1893 cuando el científico francés Louis Boutan captó las primeras imágenes submarinas en las aguas del sur de Francia, en Banyuls-sur-Mer. Boutan no se arriesgó mucho en cuanto a profundidad y empleó un tiempo de exposición bastante largo –entre 10 y 30 minutos–. La cámara usada estaba dotada de placas de vidreo y estaba protegida con una carcasa de latón ideado por el mismo especialista. Los resultados de aquella labor vieron la luz en 1900 en una monografía, hoy convertida en un clásico, «La photographie sous-marine et les progrés de la photographie».
En cuanto al séptimo arte, de nuevo en Banyuls-sur-Mer, se sabe que un cámara anónimo trató de rodar debajo del agua, aunque hizo trampa porque las imágenes fueron capturadas en realidad a través de los vidreos de un acuario. El avance llegó finalmente de la mano del capitán Charles Williamson, padre del citado anteriormente John Ernest Williamson, quien patentó un sistema para trabajos de rescate submarinos en 1908. Se trató de un tubo formado por anillas concéntricas que comunicaba por un extremo con el barco que se encargaba de las labores de apoyo en la superficie y, por el otro lado, con una cámara estanca que bajaba a unos diez metros de profundidad.
La exposición nos ayuda a ver la fascinación que este invento ejerció en el joven John Ernest, quien llevó a cabo algunos cambios a la cámara para mejorar la calidad de las fotografías, las primeras de ellas de 1912. Publicadas en la Prensa de la época, las imágenes tuvieron un gran éxito. Williamson inventó una nueva y revolucionaria cámara, la Fotoesfera, con la que descubrió los secretos que ocultaba el mundo submarino desde hacía siglos.
En 1914 recibió un encargo fascinante: recrear un auténtico plató de ficción submarina para lo que él denominó como el «primer drama debajo del agua». Eran las secuencias que formarían parte de la película «20.000 Leagues Under The Sea».
Por otra parte, el Museo del Cine de Girona reúne en la muestra un total de 34 objetos y cámaras vinculadas con la filmación submarina, además de carteles de películas con una mirada liquida, como «Le grand bleu» o «Creature From the Black Lagoon».
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