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«Verano horribilis» de Ada Colau
La alcaldesa de Barcelona responde con humor en twitter a unas semanas en las que ha sido objeto de muchas y diversas críticas.
La alcaldesa de Barcelona responde con humor en twitter a unas semanas en las que ha sido objeto de muchas y diversas críticas.
A nueve meses para las elecciones municipales –26 de mayo–, Ada Colau ha estado rodeada este verano de un sinfín de controversias. Tras haber perdido ya dos mociones de confianza a lo largo de su mandato, la alcaldesa de Barcelona enfila la recta final con una imagen muy erosionada que no logra maquillar, menos tras lo ocurrido en los dos últimos meses, donde ha tenido que lidiar con polémicas como la brutal agresión de unos manteros a un turista; las sospechosas vacaciones de su número dos, Gerardo Pisarello, en Argentina y Uruguay durante todo agosto; el incremento de la presencia de ratas en algunos barrios como Sarrià; o las quejas por la falta de seguridad en la que se ha instalado la capital catalana, donde ha habido un repunte de los robos con violencia a turistas –principalmente relojes de alta gama–.
Un amplio número de incidentes, que se han visto coronados por dos recientes informes que han descabalgado a Barcelona de entre las ciudades más reputadas del mundo –ha caído del puesto ocho al quince, según el «Reputation Institute»– y que han arrojado una pérdida de turistas en el mes de julio. A pesar de estos sucesos y estos datos, Colau no ha exhibido demasiado afectación: así lo demostró el pasado jueves a través de las redes sociales, donde se mofó de las acusaciones que había recibido después de que apareciera el pebetero del Fossar de les Moreres apagado y amaneciera una marquesina con un lazo amarillo convertida en soga. «He hecho creer que estaba de vacaciones con la familia, pero en realidad por las noches me dedico a apagar pebeteros, alterar marquesinas, colgar lazos amarillos, después descolgarlos y volver a colgar... y cuando llego a casa me tomo un vaso de ratafía y hago una sonrida maligna», respondió a través de su cuenta de Twetter.
El triste final del restaurante Pitarra
Esta semana se supo que el pub irlandés que abrió en el local en el que se ubicaba el histórico restaurante Pitarra ha cerrado tres meses después de su apertura, en el número 56 de la calle Avinyó. La persiana del espacio vuelve a estar bajada, y sobre ella cuelga un cartel que señala que se traspasa el local y detalla que éste cuenta con licencia. No se ha hecho nada por salvar este histórico inmueble, cuna de la renovación del teatro catalán.
El robo del busto de Narcís Soler
El 8 de agosto el Ayuntamiento de Barcelona hacía público que había desaparecido el busto del escritor Narcís Oller en la plaza que lleva su nombre. La pieza, una obra original del artista modernista Eusebi Arnau, no ha sido todavía localizada, ni se tiene noticia de los autores de esta sustracción. Barcelona ha perdido una pieza de su memoria artística y literaria, un hurto que merece ser aclarado.
Costea parte del viaje de Pisarello
El viaje que ha realizado por Argentina al primer teniete de alcalde Gerardo Pisarello ha estado envuelto de polémica. El Ayuntamiento ha sufragado parte de los gastos del viaje, como los pasajes o las dietas, lo que ha provocado la queja de la oposición. Durante su paso por Argentina, Pisarello se ha reunido con la ex presidenta Cristina Fernández actualmente investigada por corrupción.
Una pancarta contra Felipe VI
Una pancarta contra Felipe VI apareció en la plaza Catalunya el día en el que se conmemoraba el primer aniversario del atentado en la Rambla. Desde la Generalitat se escudaron en que la acción de retirar la pancarta debe ser por parte del Ayuntamiento de Barcelona que se desmarcó y no mostró ningún interés en descolgarla, permaneciendo durante el homenaje.
Una marquesina apareció con una soga amarilla
El pasado miércoles apareció una marquesina en la estación de metro de Urquinaona con un lazo amarillo convertido en soga y con una amenaza a Felipe VI: «Si vivimos, vivmos para pisotear las cabezas los reyes», rezaba la inscripción, tomada de William Shakespeare. A Colau no se le ocurrió otra cosa que contestar con mofa a través de las redes sociales. El Ayuntamiento, en su versión oficial, lo atribuyó a un acto vandálico: «Ya ha ocurrido en más de una ocasión».
La agresión de los manteros a un turista
La protección que ha dado Colau a los manteros había irritado hasta ahora siempre a los comerciantes de Barcelona. Pero desde este verano, también lo ha hecho a los turistas, que sufrieron en sus carnes sus molestias y su agresividad. Un turista americano, que recriminó a unos manteros el estorbo que generan para los transeúntes en la estación de Plaza Cataluña, acabó siendo víctima de una descarnada agresión.
El robo de relojes de alta gama repunta
La seguridad en Barcelona también se ha resentido este verano. En julio se alcanzaron los nueves detenidos por robo con violencia, que habrían robado tres relojes de lujo valorados en 145.000 euros, según informó la Guardia Urbana. En muchas ocasiones, el «modus operandi» de los ladrones radica en esperar a la puerta de los hoteles a que salgan los turistas para sustraerle el reloj.
Las ratas campan a sus anchas por Sarrià
La sensación de abandono en que ha caído Barcelona, según denuncian muchos vecinos, ha tenido este verano su punto álgido en Sarrià, donde habitantes han empezado a poner el grito en el cierlo por la notable presencia de ratas en la vía pública. Ha ocurrido, precisamente, en una zona donde ha cambiado recientemente el sistema de recoigda de basuras.
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