Fotografía
Vivir para fotografiarlo
Un ambicioso libro recupera la labor de los grandes maestros de la información gráfica en la Barcelona de las primeras décadas del siglo pasado, aportando un buen número de nombres y materiales inéditos hasta la fecha
Un ambicioso libro recupera la labor de los grandes maestros de la información gráfica en la Barcelona de las primeras décadas del siglo pasado, aportando un buen número de nombres y materiales inéditos hasta la fecha
La convulsa historia de la Barcelona de principios del siglo pasado es el escenario de numerosas crónicas periodísticas, de historias que merecían ser explicadas por plumillas y gacetilleros sedientos de noticias. Pero es en ese mismo periodo cuando surge otro tipo de periodismo, el gráfico, con la imagen fotográfica en el papel de revistas y periódicos.
Ese es el tema de un ambicioso trabajo editorial, reunido en dos volúmenes en el que aparecen 400 imágenes y un centenar de documentos, en su mayoría inéditos. Es el resultado de cinco años de trabajo a manos de un equipo formado por el antropólogo Andrés Antebi, el historiador Pablo González, la periodista Teresa Ferré y el diseñador gráfico Roger Adam, todos ellos miembros del Observatori de la Vida Quotidiana. Son los responsables de «Reporters gràfics. Barcelona 1900-1939», editado por el Ayuntamiento de Barcelona, donde se rescata vida y obras de 32 fotoperiodistas, en su mayoría olvidados tras el final de la Guerra Civil. Todo ello surge también a partir de materiales localizados en diferentes fondos fotográficos, así como archivos, hemerotecas y lo guardado por los familiares de estos fotógrafos.
Entre las principales novedades que podemos encontrar en estas páginas destaca la negación de algunos tópicos, como el de situar el nacimiento del fotoperiodismo barcelonés a partir del estallido de la Guerra Civil. Ahora la fecha del momento fundacional debe fijarse más atrás, durante la llamada Semana Trágica en 1909, aunque uno de los momentos culminantes vendrán dos décadas más tarde, con la celebración de la Exposición Universal en la capital catalana.
Igualmente el libro va más allá en lo relacionado con el conflicto bélico nacido en 1936. Si hasta ahora el objetivo de los historiadores y especialistas en el tema se ha centrado en figuras reconocidas como las de Robert Capa o Agustí Centelles, este trabajo ha permitido rescatar otros autores hasta la fecha desconocidos para el gran público, como Ana Maria Martínez Sagi, la primera fotoperiodista catalana en el frente de Aragón y de la que, hasta ahora, poco se conocía.
No es el único nombre que se tiene en cuenta. A partir de 1939, muchos de los que habían publicado sus trabajos en la Prensa de la época, comenzaron a desaparecer de esas páginas. Muchos marcharon al exilio, como son los casos de Agustí Centelles, Pablo Luis Torrents, Joan Andreu Puig o Joaquim Soler. La cárcel fue el destino de otros autores, como Gabriel Casas y Pau Barceló.
Dentro de la Barcelona de posguerra quedaron algunas sagas de fotoperiodistas, como Brangulí, Merletti y Pérez de Rozas que juntamente con algunos otros profesionales especializados en deportes y toros, continuaron trabajando, aunque en un nuevo marco informativo en el que la libertad de comunicación había desaparecido.
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