Sociedad
Al desabrigo de la noche
Casa Caridad necesita mantas para los «sintecho» ante la llegada del frío. El año pasado por estas fechas contaban con 300, ahora apenas han logrado recoger medio centenar
La calidez de los otoños mediterráneos resulta un atractivo turístico más de la ciudad de Valencia, pero si tienes que dormir en la calle, la postal se emborrona. En la capital del Turia existe un «censo» de 500 «sintecho», según datos del Ayuntamiento. Personas invisibles que duermen en bancos, cajeros automáticos, parques y prácticamente en cualquier lugar que les resguarde del frío y la humedad.
Para ellos, una simple manta marca la diferencia entre una mala noche y una noche horrible. Casa Caridad lo sabe, así que cada año organiza una recogida de mantas, sacos de dormir y edredones que luego entregará a los «sin hogar». No obstante, este año algo falla y la solidaridad, como el frío, se retrasa. A estas alturas del otoño, la ONG apenas ha conseguido medio centenar, cuando el año pasado por estas fechas disponía de unas trescientas.
«Ahora es cuando más se necesitan, ya que la «Operación frío» del Ayuntamiento de Valencia no se pone en marcha hasta el 1 de diciembre y estas personas no pueden esperar», cuentan desde la entidad, que no entiende este «déficit» de cooperación. Las mantas pueden entregarse en sus sedes de Benicalap y Paseo de la Pechina entre las 9 y las 21 horas.
Al respecto, Casa Caridad alertó recientemente de la soledad que padecen las personas sin hogar con una campaña de sensibilización social que denominó «Mucho más que comer», ya que, precisamente, la alimentación es solo una de las necesidades de este colectivo, que a menudo se ve privado de redes de apoyo que le ayuden a su reinserción.
«Las circunstancias de los usuarios son muy diversas pero la carencia de apoyos sociales es un punto en común en casi todos ellos. Por su situación problemática suelen haber perdido todas sus redes de apoyo por lo que se ven solos y aislados», comenta Guadalupe Ferrer, gerente de la entidad.
Así lo reflejaba el «V Informe de las personas sin hogar en Valencia» realizado por el departamento de Trabajo Social de la entidad y que ponía de manifiesto el perfil de los usuarios sin techo de la Casa. En el informe destacaba el aumento de españoles atendidos a través del servicio de albergue, que representan el 67,8 por ciento del total de los usuarios, ocho puntos porcentuales más que en 2016.
Destaca también la presencia de hombres, entre 41 y 65 años, con patologías asociadas. Asimismo, el estudio incidía en la falta de apoyos sociales como característica común de la mayoría de los usuarios, fenómeno que tiene influencia directa en su situación de vulnerabilidad.
Mucho Más que Comer
Casa Caridad contempla un conjunto de actuaciones y programas enfocados a fomentar la recuperación de habilidades sociales de las personas en riesgo de exclusión social y apoyarlas en su reinserción sociolaboral. Por eso, a pesar de que el servicio de comedor de la entidad es fundamental, ya que permite que se sirvan a mediodía más de 500 raciones de alimento diarias, son muchos otros recursos los que la ONG ofrece enfocados a la inclusión social.
«Somos conscientes de que para trabajar por la inclusión real hay que ofrecer otros recursos que van más allá de las necesidades básicas de techo y vivienda. Con la campaña queremos promover una mayor conciencia tanto de las necesidades de los colectivos en riesgo de exclusión como de los instrumentos que pueden darse para mejorar su situación», explica en este sentido el presidente de la institución, Luis Miralles.
Combatir la soledad
Entre estas herramientas destaca el Centro de Día, servicio único en Valencia que se aleja del asistencialismo y persigue el empoderamiento pleno de los usuarios. Este servicio ofrece talleres destinados a la readquisición de habilidades sociales y cognitivas para todas las personas en situación de vulnerabilidad que quieran acudir.
«Las personas que han pasado mucho tiempo en la calle suelen haber perdido rutinas que parecen básicas como el ser capaz de comunicarse, cocinar o asearse. Desde aquí les ayudamos a recuperarlas», comenta el presidente de esta ONG.
En el Centro de Día de Casa Caridad se trabaja con grupos pequeños para fomentar el buen funcionamiento y la creación de relaciones afectivas entre los participantes. En ellos se ofrecen múltiples opciones como talleres de cocina, prensa, excursiones, gimnasia o poesía. Un servicio consolidado al que los usuarios piden seguir acudiendo incluso una vez han abandonado la Casa. A estos servicios hay que sumarle los talleres de empleo y vivienda, recursos claves en el trabajo para la reinserción de los colectivos vulnerables. A través de estos, se diseña un itinerario laboral personalizado a la experiencia e intereses de cada usuario y se les apoya para encontrar un lugar digno en el que vivir.
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