Sociedad

Buñol cesa la venta de entradas a la Tomatina para no agotarlas

En menos de un mes se han vendido 13.600 tickets

Uno de los asistentes a la Tomatina, totalmente cubierto de tomate
Uno de los asistentes a la Tomatina, totalmente cubierto de tomatelarazon

Valencia- El Ayuntamiento de Buñol (Valencia) ha paralizado la venta de entradas para su internacionalmente famosa fiesta de la Tomatina, que se celebra el último miércoles de agosto, después de que, en menos de un mes desde que se activara la venta, se vendieran más de 13.600.

El concejal responsable de fiestas, Rafael Pérez, explicó que el consistorio decidió parar la venta porque «la demanda fue muy grande» y temían agotarlas, e indicó que tienen previsto activarla y desactivarla hasta agosto para que «todo el mundo tenga la posibilidad de comprar, aunque sea más tarde».

El Ayuntamiento decidió cobrar la entrada al festejo, reconocido de interés turístico internacional, por primera vez este año y a un precio de diez euros, con el fin de limitar el aforo a 20.000 personas.

Desde que a mitad de abril se sacaron a la venta las 15.000 entradas previstas para foráneos del municipio a través de la web de la Tomatina (www.latomatina.info), ya han adquirido más de 13.600 vales para esta incruenta batalla de tomates, especialmente turistas nacionales, así como de Australia, Japón, Corea y Hong Kong.

El consistorio ha vendido unas 300 entradas para cada touroperador, hasta un total de unas 9.000 de las más de 25.000 que habían solicitado, según Pérez, quien incidió en que la venta diaria ha sido de unas 150 entradas, «con algún día de más de mil».

El consistorio se reservó 5.000 entradas para los vecinos de la localidad, quienes las podrán solicitar de forma gratuita en el Ayuntamiento desde mediados de junio hasta mitad de agosto, según el concejal, quien apuntó que si sobrara alguna, cosa que duda, se pondrían a la venta para el público en general.

El año pasado, el espectáculo de la Tomatina, en la que se lanzan mas de 100.000 kilos de tomate, reunió a unas 50.000 personas, una cifra que para el Ayuntamiento de la localidad «no era viable por cuestiones de seguridad».