Política
Cantó (CS) ofrece sus diputados a Puig para evitar el nacionalismo excluyente y el populismo
El líder de Ciudadanos en Les Corts Valencianes se ha estrenado hoy ofreciendo el apoyo de su grupo al presidente en funciones, Ximo Puig, para que «se libre» del nacionalismo excluyente de Compromís y del «chavismo» de «Podemos».
En la segunda sesión del debate de investidura, después de la suspensión de ayer para que el Botànic alcanzara un acuerdo, Cantó ha hilvanado un discurso contundente y también cercano que ha entusiasmado a sus seguidores, y en el que ha criticado tanto al PP como al PSPV, hasta el punto que el presidente de Les Corts, Enric Morera, ha tenido que decirle que dejara en paz a Isabel Bonig porque ésta no tenía réplica, y que se centrara en el candidato a presidente, que de eso se trataba el debate.
Similar advertencia le hizo respecto de Rubén Dalmau e incluso con su propia persona, porque Cantó no cesó en sus alusiones.
El síndico de Ciudadanos, que intervino después de Isabel Bonig, dio la razón tanto a la popular como al socialista Puig en su rifirrafe: «son ustedes una pimpinela política y practican el 'y tú, más', y los dos tienen razón: son ambos responsables de la corrupción que ha asolado España y de la mala financiación de la Comunitat Valenciana»
Reprochó y mucho al Botànic «la mala imagen de la negociación de sillones» y dijo que «hemos perdido la cuenta de todas las agencias que van a crear para colocar amiguetes».
Cantó llamó a Puig «la marmota del Botànic» y le conminó a «ponerle más energía» porque «parece que no ha gobernado usted los últimos cuatro años».
El de Ciudadanos quiso hacer un paralelismo exacto entre PSPV y PP: «no hay una sola de las criticas que dijo usted al PP que yo no pueda decirle a usted» Y comenzó a enumerar: «hablemos de corrupción: pronuncie la palabra Divalterra. Despilfarro: ¿acaso no lo es elevar en un 70 por ciento el gasto en altos cargos». Secuestro de las instituciones: lo hacen usedes cuando reparten cargos entre amiguetes e instituciones».
Y pidió que «un carnet político deje de ser el mejor currículum para encontrar trabajo en la Comunitat Valenciana».
El turno de reproches fue extenso: «la ley de economía verde ya lo dijo en 2015, y la de bienestar animal, la de reforma del sector público. ¿Y la transparencia? Eso es un chiringuito. Ustedes y el PP votaron a favor de la naranja surafricana».
Y le pidió que tirara al director de Comercio «que dice ‘go home’ a las inversiones».
Dijo que la identidad inclusiva era un oxímoron. «La identidad es excluyente y se ha construido siempre en contra de otros».
Cargó contra Marzà y dijo que «Miguel Hernández no hubiera podido publicar en la Comunitat Valenciana ni hubiera podido estudiar en español».
Dijo que los alquileres habían subido y que si al principio de legislatura se pagaban 600 euros, ahora se pagan 712 y que eso no era «rescatar personas».
También le echó en cara su larga carrera política: «usted lleva mas años en política que todos nosotros, nosotros hemos levantado empresas, tenemos donde volver, hemos creado empleo» y en este punto le volvió a emplazar a «cambiar de socios». «Si se aleja del partido sanchista puede usted contar con nosotros y hablaremos de política pero no de sillones».
Preguntó por la «manipulación y malos resultados de À Punt» y por las listas de espera «que siguen creciendo».
Recordó que «fueron los del PP los que comenzaron con el requisito linguistico y la inmersión lingüística» y criticó «los països catalans de la señorita Pepins».
También afeó que el PSOE de Sánchez «se junte con filoetarras».
Por ahí es por donde Puig comenzó la réplica y se defendió como pudo. Le reprochó que hablara de ETA «porque he tenido que ir a Euskadi a muchos entierros de compañeros de partido»
También quiso afear su discurso alabando a los ex de Ciudadanos, Alexis Marí y Carolina Punset, y también mencionó a Maricarmen Sánchez, portavoz anterior. De ellos elogió su capacidad de diálogo.
Le dijo que «parece que se haya despertado del coma de la serie (en alusión a una seria televisiva en la que el también actor Cantó estaba en coma), porque si hubiera estado aquí no diría las cosas que dice. Usted no sabe que hay 300.000 personas más trabajando en la Comunitat y es la que tiene menos empleados públicos por habitante de España».
Le reprochó que «ustedes en Andalucía han quitado los impuestos a quienes más tienen» y que «la foto de la plaza Colón (alusión a la manifestación contra el golpe de Estado den Cataluña) era nacionalismo en vena».
También le pidió que «cuando usted vaya a Europa diga que ha pactado con la extrema derecha porque son los únicos liberales que lo hacen».
Y concluyó que «yo voy a intentar siempre que haya espacios de diálogo. Aléjese del debate chusco de menospreciar al otro».
Por su parte, la síndica del PP, Isabel Bonig mostró sus cartas desde el minuto cero: «no a la reedición del pacto del Botànic, no a la claudicación del socialismo valenciano frente al nacionalismo de Compromís y la extrema izquierda de Podemos».
Y le dijo que «su proyecto político será un fracaso para los valencianos. Si con dos no funcionó con tres será un desastre. En algunas relaciones, tres son multitud». Le reprochó que para lo único que ha servido el adelanto es su interés particular porque 4.311 votos le van a permitir reeditar elpacto de los sillones».
En la batería de agravios Bonig le disparó con que la pobreza infantil era del 24 por ciento en 2015, hoy del 33,9 por ciento y afecta a 260.000 niños valencianos. «Hoy uno de cada cuatro desalojos se dan en la Comunitat Valenciana. Dijo que mantendría dialogo permanente con la comunidad educativa: cuarenta sentencias de los tribunales han desmontando de la a a la z toda su política educativa. Hace cuatro años había 50.000 personas en lista de espera. Los datos de diciembre de 2018 dicen que hay 66.488».
También se refirió a los centros de menores «que no les paga» y al abandono sufrido por los agricultores, y le preguntó «cuánto nos va a costar a los valencianos esta superestructura administrativa, y hasta cuando los valencianos hemos de soportar que solo se preocupen por los sillones».
Le dijo que «en su gobierno va a entrar la extrema izquierda con iphone y ipod. La nueva izquierda» y le preguntó si no «ha aprendido de la experiencia de Sánchez que no quiere a Podemos en el Gobierno».
Le preguntó si iba a ceder al chantaje de Podemos e imponer la tasa turística y la tasa cerámica». También le echó en cara «que aceptara a sabiendas bajas temerarias en la gestión de residencias de ancianos que ha repercutido en la calidad de los menús»
Por su parte, Puig contraatacó con que «usted es la responsable de que el PP haya sacado los peores resultados desde el año 79. Si no pasa pantalla seguiremos con ese fatalismo. Todos los indicadores económicos están mejor. 300.000 valencianos están trabajando ahora. La catástrofe está en su mirada, pero no en la realidad».
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