Fondo de Liquidez Autonómico

Císcar confía en que Rajoy acelere la reforma de la financiación

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, asistió a la conferencia que dio el vicepresidente Císcar junto a casi todo el Consell
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, asistió a la conferencia que dio el vicepresidente Císcar junto a casi todo el Conselllarazon

El nuevo modelo de financiación autonómica estará listo para antes de 2015, al menos, esa es la percepción que tiene el vicepresidente del Consell, José Císcar, mano derecha del presidente Alberto Fabra y que ha demostrado en los últimos años que no tiene por costumbre hablar por hablar. «No nos planteamos la posibilidad de devolver competencias al Estado porque estamos muy cerca de un nuevo modelo de financiación. Se va a revisar de manera muy rápida».

Su importancia en el partido, en el Gobierno y entre empresarios y entidades quedó más que demostrado con la expectación que suscitó la conferencia que dio ayer en el Fórum Europa. Habló de todo, no esquivó ningún tema, ni la corrupción ni RTVV ni la polémica de los grandes eventos. Incluso desveló con más claridad que nunca que la Generalitat estuvo a punto de entrar en «default». Fue durante los últimos días de 2011, las entidades bancarias dieron la espalda al Gobierno valenciano, se pensó que no se podrían pagar las nóminas de los funcionarios, fueron «horas frenéticas y desesperantes», fue definitivamente el punto de inflexión, el que marcaría un antes y un después en la acción del Consell, el momento que reaparece en sus mentes cuando hay que tomar decisiones tan drásticas como el cierre de RTVV o cuando hay que plantarle cara a su propio partido para exigir una mejora en el modelo de financiación.

A partir de ese momento, el Gobierno valenciano dejó de negociar su deuda en los mercados, lo dejó en manos del Gobierno central, de ahí viene su adhesión al Fondo de Liquidez Autonómica del que no piensan salirse. Como mucho, aspiran a negociar periodos de carencia para la devolución de algunos de esos créditos.

Císcar repasó los ahorros conseguidos gracias a los planes de ajuste. 2012 se cerró con una reducción del gasto de 2.000 millones de euros y, aunque no adelantó cómo será el de 2013, aseguró que el ahorro será «sustancial».

Sin embargo, todos los esfuerzos realizados servirán de bien poco si no se consiguen aumentar los ingresos del Estado. Se refirió a las cifras ya conocidas y confirmadas por varios grupos de expertos sobre la marginación sistemática a la que ha sido sometida la Comunitat Valenciana en términos de financiación.

«Cada valenciano recibe 830 euros menos por habitante y año que los ciudadanos de la Comunidad mejor financiada de España». Con este argumento defendió la cifra de déficit conseguida, «no es un demérito, quien critica nuestro déficit no hace justicia».

Cuando no había crisis

Del mismo modo, Císcar salió a defender con firmeza las decisiones tomadas en legislaturas anteriores. Admitió que «hubo errores porque se creía que la bonanza no tenía fin», pero advirtió que la coyuntura económica es tan distinta que es imposible valorarlos ahora. «Los grandes eventos suponen el once por ciento de la deuda, tienen un retorno de 9.800 millones y han conseguido atraer a 63 millones de turistas». Por lo que respecta a las infraestructuras millonarias y que hasta el momento solo han producido gastos, se refirió a la Ciudad de la Luz y al aeropuerto de Castellón, dijo que «es cuestión de tiempo revertir esta situación».

El vicepresidente no eludió la relación entre corrupción y deuda e insistió que no existe una relación «causa- efecto» para asegurar inmediatamente que los «corruptos pagarán por ello, sea quien sea y se llame como se llame». Aseguró que el presidente Fabra les exige la máxima ejemplaridad, de lo cual no presentó queja. Eso sí, pidió al jefe del Consell que no siga recortando Conselleries, «a no ser que quiera acabar con sus consellers», bromeó.