Valencia
«Ebrioréxicas» de fin de semana
Los médicos alertan del aumento de casos de adolescentes que no comen para «compensar» las calorías del alcohol
Adolescentes de entre quince y veinte años que creen que el ayuno radical es la única forma que existe de compensar la fiesta etílica de los fines de semana. Jóvenes que apenas comen porque no quieren engordar pero que tampoco quieren renunciar a su ritual de los viernes y sábado noche. La relativamente nueva moda tiene un nombre clarificador, «drunkorexia» -del término inglés «drunk» (estar bebido) y del sufijo «orexia» (apetito»)- y ha puesto en alerta al colectivo médico, desde psiquiatras a endocrinos, tras detectarse un incremento del número de casos de chicas con este trastorno. Así lo confirman los doctores Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad (IOB) y Carlos Morillas, endocrino del hospital Peset de Valencia.
La «ebriorexia», como se le ha acabado por llamar en España, no es fruto de la crisis. Vaya por delante que el último trastorno de alimentación poco tiene que ver con las dificultades económicas, pues su origen es similar al del resto de trastornos relacionados con la comida, es decir, una imagen corporal distorsionada.
Según explica Caballero, la tendencia a dejar de comer durante horas o apenas hacerlo durante el día para compensar las calorías ingeridas con las bebidas se está extendiendo, sobre todo entre las chicas, que son las que antes comienzan a querer adelgazar. Sin embargo, este comportamiento insano es doblemente peligroso, pues no sólo se abusa del alcohol, sino que se hace sobre un cuerpo debilitado, y más aún sobre el femenino, cuyo hígado es más vulnerable.
Y es más, «no sirve de nada». El director del IOB aclara que, al contrario que las anoréxicas, las ebrioréxicas no tienen por qué ser delgadas. «Una noche de alcohol se pueden consumir perfectamente hasta 3.000 calorías. Calorías vacías que difícilmente el cuerpo puede eliminar a pesar del ayuno. Así que habría que explicarles que además de una práctica nefasta, es inútil».
La dieta extrema tiene un efecto multiplicador, añade Morillas, quien recuerda que los problemas hepáticos como la cirrosis son más graves entre las mujeres. «Existen los alcohólicos de fin de semana. Son jóvenes con una dependencia tan fuerte como perjudicial, porque, además, no controlan. De hecho, los comas etílicos que se registran en las Urgencias hospitalarias suelen tener como protagonistas a jóvenes y suelen darse las noches de los viernes y sábados».
Pero como «antes que alcohólicas, son anoréxicas», según matiza Caballero, la prevención es crucial. Insiste en que se machaque este mensaje y se esté alerta a los primeros síntomas de que algo va mal. Cambios frecuentes de peso y malhumor son los más habituales.
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