Valencia
«El Botànic ha tenido disfunciones, pero la 'foto finish' es positiva. Volvería a reeditarlo»
Afirma estar satisfecho de la gestión realizada, calla para no evidenciar las diferencias con sus socios, «hemos gobernado para todos»
Afirma estar satisfecho de la gestión realizada, calla para no evidenciar las diferencias con sus socios, «hemos gobernado para todos»
Con mucha prudencia. Así afronta el presidente de la Generalitat los sondeos que otorgan al PSPV la condición de fuerza más votada después de 28 años quedando en segunda posición.
-¿Qué es lo que más le duele no haber conseguido en estos cuatro años de presidente?
-Reducir más el paro, avanzar en la lucha contra la exclusión y la pobreza. La cuestión más dolorosa es que hay más de 50.000 niños que están en exclusión.
-¿La dependencia de sus socios le ha impedido ejecutar medidas que quería el PSPV?
-No. Ha sido un proyecto común y si tienes más capacidad de dirigir puedes hacer las cosas de otra manera o apretar el acelerador. No quiero en este punto evidenciar diferencias. Si hubiese tenido más respaldo probablemente hubiéramos hecho cosas de otra manera. Se han generado movimientos para hacer visible una cierta confrontación o crispación, pero la realidad es que no ha sido así, hemos gobernado para todos.
-Reconozca que ha habido momentos muy complicados.
-Claro, pero es que en los Gobiernos de mayoría absoluta también. En el anterior Consell, monocolor, el presidente y el vicepresidente no se hablaban. Además, todos los gobiernos son de coalición por definición: la Conselleria de Hacienda y el resto. Ahí siempre hay un conflicto latente. Unos quieren más recursos y otros tienen los recursos que tienen. Aquí ha habido disfunciones, claro, pero la «foto finish» es positiva. En base a eso hay que evaluar los mecanismos de Gobierno y ver qué ha funcionado bien, mal o es francamente mejorable.
-Las encuestas le dan la razón por haber adelantado las elecciones. ¿Esperaba tan excelentes expectativas?
-No lo hice por eso. Siempre decimos lo mismo, pero la encuesta que sirve es la del último día, hoy es más cierto que nunca. En las elecciones andaluzas supimos que una parte importante del voto se decidió en el camino al colegio electoral.... Imagínense... Hay un 40 por ciento de personas indecisas.
-¿Será más difícil construir otro Botànic? Compromís y Podemos insisten en que la lista más votada no tiene que ser el que llegue a la Presidencia.
-No sé. No quiero especular sobre esto. Lo que más me importa es que el PSOE tenga el mayor apoyo posible. Creo en nuestro programa que combina libertad e igualdad, socialdemócrata, moderado, que está en los temas del futuro como el envejecimiento o el cambio climático, nueva economía, cooperación entre el sector público y privado... Estamos intentando superar el maniqueísmo, contra el fanatismo. Todo esto, que es una ideología abierta es lo que yo quiero defender. Quiero defender una Comunidad abierta donde haya una suma y no una resta.
-¿Qué ha ofrecido usted a los ciudadanos que la vicepresidenta Oltra no les ha dado? Ha dinamitado a aquellos profetas mediáticos que decían que ella tendría más expectativas que usted para ser la presidenta de la Generalitat en 2009?
-Por eso no me gusta la política ficción. Yo he hecho lo que he creído que tenía que hacer como presidente con todo el respeto a ella y a los demás.
-No parece que haya que hacer mucha ficción para pensar en una segunda edición del Botànic. ¿Le cedería a Compromís la Conselleria de Hacienda? Ellos lo reclaman.
-Quiero tener la mayoría de votos posibles como querrán los demás partidos y me parecería una falta de respeto repartirse el Gobierno. Hay que evaluar qué modelo queremos porque ya hemos estado en el Gobierno. Ya veremos qué modelo es más útil en esta nueva etapa.
-El último CIS también hace factible un acuerdo con Cs. ¿Se lo plantea?
-En estos momentos mucha disyuntiva no hay. Toni Cantó (Cs) tiene una coalición preelectoral. Si en otro momento cambia de posición, eso no lo sé. Creo que el Botànic ha funcionado bien dentro de las limitaciones. No voy a hacer triunfalismo, pero ha sido el mejor para este momento. Consolidar el cambio sería una opción razonable.
-El PSPV atraviesa una inusual paz interna. ¿Cómo?
-Lo hemos hecho entre todos. Desde 1995 ha habido enormes turbulencias, cuando no terremotos, y no hemos acertado en demasiadas ocasiones. Los partidos y en mi caso el PSOE deben reflexionar sobre su papel y actualizarse.
-¿Es eso lo que cree que no ha sabido hacer el PP? Hay encuestas que ponen al PP en la cuarta posición.
-El PP tiene una losa enorme, que son estos 20 años y la gestión a la respuesta a la corrupción. Incluso así parece que resisten porque otras opciones políticas en ese espectro no han sido capaces de sustituirles.
-¿Es la causa de la expectativa que se atribuye a VOX?
-Efectivamente hay una parte del electorado de derechas que encuentra una respuesta más directa, algunos hasta hace dos días eran votantes del PP. De alguna manera VOX blanquea al PP.
-A pesar de todo el PP ha conseguido una importante movilización en cuestiones como la Educación. ¿Qué balance hace?
-El último pleno del Consell se amplió el plan Edificant a mil millones, de los 700 previstos. Son todo proyectos firmados con Ayuntamientos. La próxima legislatura va a ser la de los grandes contenedores educativos. Se han construido 23 centros, se han reducido las aulas prefabricadas casi al 50 por ciento, pero no se ha conseguido acabar con los barracones, lo haremos en la próxima legislatura. De 1.400 centros alrededor de 800 necesitan intervención. En el plano educativo ha habido mucho ruido y a la hora de la verdad mucho acuerdo. Hay más aulas concertadas ahora que hace cuatro años y hay menos niños. Los discursos han estado más envenenados que la propia realidad.
-El PP dice que Conselleria marca mediante un código postal el colegio de sus hijos.
-Más del 85 por ciento consiguen la primera o segunda opción. Después hay necesidades de arreglo escolar. En el futuro habrá que revisar el acceso para que haya más igualdad de oportunidades a la hora de elegir colegio, pero la territorialidad es una cuestión evidente que se tiene que establecer.
-El decreto de plurilingüismo acabó en los tribunales. Ahora hay una ley criticada por PP y Cs por la «imposición del valenciano».
-Cada comunidad educativa elige y siempre está garantizado el 25 por ciento bien de castellano o de valenciano. El gran problema es el inglés. El objetivo es que los niños y niñas cuando acaben la etapa escolar hablen valenciano, castellano e inglés. El inglés lo sabe el 6 o 7 por ciento con cierta capacidad y eso sí es un problema de igualdad de oportunidades. Por eso hicimos el proyecto de poner mil asistentes nativos. Queremos que lo tengan todos los colegios y seguir desarrollando otras iniciativas para los profesores.
-El PSPV ha prometido gratis la matrícula universitaria a quien apruebe todo. ¿Hay dinero?
-Sí. Cuesta 30 millones. Nuestras medidas están cuantificadas.
-La vivienda ha subido por encima de la media. ¿Ha fracasado su política?
-No. La primera ley que aprobamos fue la de la Ley Función Social de la Vivienda, que recurrió el Gobierno de Rajoy. Hay un objetivo fundamental, que es reequilibrar la situación entre el mercado y el alquiler. Esta situación ha venido también residenciada en un debate sobre los apartamentos turísticos y lo que significan en ciudades como Valencia. Hay que actuar sobre el mercado limitando los precios. Es una competencia estatal que queremos aplicar. Debemos generar parque de vivienda de alquiler público y privado para evitar que a muchas familias les resulte difícil llegar a fin de mes.
-El Ministerio de Hacienda le exige que recorte 1.500 millones para recibir el FLA, ¿de qué partidas lo hará?
-Hemos hecho un gran esfuerzo por bajar el déficit. La pasada legislatura llegó hasta el cinco, luego bajó al 2,5 y ahora estamos en 1,5. Incurrimos en desviación del déficit gastando menos de la media, eso nos da legitimidad. Por tanto, hay un problema. Esa es la evidencia de que así no se puede continuar.
-La Airef le reprochó el incremento de gasto que ha supuesto la reapertura de la televisión pública ¿Volvería a impulsarla de igual manera?
-Sin ella seríamos la única comunidad que con lengua propia que no tiene televisión. Que haga las consideraciones que crea oportuno pero tenemos unos derechos lingüísticos, una realidad lingüística y puede decirme que recorte, pero que no me diga lo que tengo que hacer. Con respecto al propio proyecto de televisión, tiene una serie de elementos que probablemente no sean los más actuales, una televisión pública de hoy debería tener una dinámica más flexible. Hay que dejarle un tiempo. Soy partidario de una radiotelevisión pública abierta, plural y así es el proyecto.
-La reversión del hospital de Dénia se ha convertido en uno de los ejes de su campaña ¿Está en contra de la colaboración público-privada?
-Estoy contra este modelo porque no es lo más operativo. No estoy en contra desde el dogmatismo. Tenemos el plan de choque y por eso llegamos a un acuerdo con el IVO. Lo más importante es el ciudadano y el hecho de que ante la enfermedad todos seamos iguales es fundamental. Una Sanidad pública de calidad, potente. Debe haber un liderazgo público en el Estado del Bienestar, como tiene que haber uno de la iniciativa privada en el crecimiento.
-¿Habla con los presidentes socialistas de Castilla La Mancha y Aragón que se niegan a ceder agua a la Comunitat Valenciana?
-El agua es una cuestión de Estado. Hay que buscar las fórmulas para que exista agua de calidad y a un precio asequible para los agricultores. Tenemos un plan que habla del Tajo- Segura, que es irrenunciable, hablamos de optimizar las desalinizadoras, la de Torrevieja va a empezar a producir 80 hectómetros, y hay que hacer una red para aprovecharlas. Hay una gran operación para garantizar el agua para siempre. El PP ya ha anunciado que renuncia al trasvase del Ebro. Si no hay posibilidad de hacerlo no hay que engañar más a los ciudadanos. Hubo un momento en el que todas las instituciones estaban gobernadas por el PP y no se hizo. No hagamos demagogia. El PP se hinchaba a ganar votos con el partidismo, la confrontación y la guerra del agua. Eso forma parte de la arqueología política.
El Perfil
dejó su trabajo de periodista para sumergirse en la causa socialista. Después de ser alcalde de Morella y diputado nacional accedió a la secretaría general del PSPV cuando el PP perdía su hegemonía. No ganó las elecciones pero tuvo los suficientes votos para sellar un pacto con Podemos y Compromís que le llevó a la Generalitat. Dicen que su talante ha sido uno de las claves para que el pacto no haya saltado por los aires más de una vez.
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