El Hospital de la Fe extirpa tumores cerebrales con una técnica de luz fluorescente precisa

El Área de Neurociencias del Hospital La Fe de Valencia ha aplicado a más de 100 pacientes la técnica neuroquirúrgica mediante el uso de la fluorescencia para el tratamiento de pacientes con tumores cerebrales gliales de alto grado, como astrocitomas anaplásicos y gliobastoma multiforme.

Según han informado fuentes de la Conselleria de Sanidad, este sistema, que comenzó a utilizarse en el Hospital La Fe en 2011, supone un incremento del índice de supervivencia del 80%.

La incidencia de tumores cerebrales malignos aumenta considerablemente con la edad del paciente, principalmente entre los 75 y 85 años de edad, en ambos sexos, y el tipo más frecuente en los ancianos es el glioblastoma multiforme y el astrocitoma.

En el Hospital La Fe se atienden anualmente una media de 80 casos de tumores cerebrales de los cuales más de la mitad son primarios malignos.

Este procedimiento quirúrgico con luz fluorescente consiste en la administración de un aminoácido (ácido 5 amino-levulínico - 5-ALA) por vía oral, tres horas antes de la cirugía. El 5-ALA es absorbido rápidamente y pasa a la circulación sanguínea, atraviesa la barrera hemato-encefálica y se acumula especialmente en las células tumorales, no así en las células normales del cerebro.

Es esta sustancia la que tiene capacidad fluorescente (fluoróforo) emitiendo una luz de una determinada longitud de onda que puede ser visualizada en un microscopio quirúrgico especialmente adaptado para ello.

El cirujano puede entonces discernir perfectamente cuál es el tejido normal del tumoral, y en consecuencia extirpar el tumor con mayor seguridad y eficacia.

La exploración está compuesta de dos fases: una primera con el sistema de observación convencional con luz blanca y una segunda a través de la observación con luz azul, que permite visualizar la fluorescencia de los posibles restos del tumor que no se ven con la luz blanca convencional.

De esta forma, se elimina el tejido tumoral residual con mayor grado de eficacia, teniendo en cuenta el riesgo potencial de déficit neurológicos.

Esta técnica favorece una mayor exactitud a la hora de extirpar el tumor y la posibilidad de explorar mejor la cavidad de resección, han indicado las mismas fuentes.