Comunitat Valenciana
El PP se opone a perpetuar el uso de agua desalada en la agricultura
José Císcar duda de la posibilidad de utilizar energías renovables para abastecer desaladoras
José Císcar duda de la posibilidad de utilizar energías renovables para abastecer desaladoras
El Partido Popular en Les Corts está convencido de que el Consell quiere perpetuar la utilización del agua procedente de las desaladoras para el riego. El diputado José Císcar afirma que si se eterniza su uso «generará elevados costes para los agricultores y regantes» que tendrán que pagar el precio real de consumo, subvencionado hoy por la declaración de sequía.
Desde el inicio de la legislatura la consellera de Agricultura ha manifestado que la Comunitat Valenciana puede abastecerse de agua con la procedente de las desaladoras y su reutilización. En este sentido, ya afirmó que poniendo en marcha esta política no existiría déficit hídrico. Císcar asegura que la afirmación es falsa y añade que los agricultores y regantes «no quieren» el agua procedente de desalinizadoras, no solo por el coste, sino también porque «no es buena para los cultivos».
El otro punto a considerar es, según el diputado popular, el elevado coste que para el agricultor puede llegar a tener. La normativa europea establece que con carácter general el agua de las desaladoras no puede estar subvencionada, al instaurar el principio de recuperación de costes y obliga a que se repercuta en el recibo del consumidor todos los gastos que se produzcan, incluidos los del transporte. En la actualidad el precio real del metro cúbico de agua desalada es de un euro, con una subvención del 70 por ciento, con lo que el agricultor acaba pagando 0,30.
Císcar asegura que en su partido se han marcado «una línea roja» con respecto a este tema. «No vamos a consentir generalizar el agua desalada para el regadío». En este punto hace referencia a la cláusula Narbona y al «éxito» que supuso para la Comunitat Valenciana y Murcia su derogación. «No hemos llegado hasta aquí para retroceder ahora», mantiene, tras afirmar que la Generalitat «no puede imponer» para el regadío el uso generalizado del agua desalada, «por calidad y por precio».
Desde el Consell se apuesta por producir el agua desalada con energías renovables por su bajo coste. Sobre este tema el diputado popular se pregunta «cuántas plantas de energía fotovoltaica hacen falta para hacerlas funcionar, cuánto cuestan, dónde se van a instalar y qué espacio del territorio pueden ocupar». Y vuelve a incidir en que los costes de la inversión tendrían que recuperarse «revertiéndolos» en el precio del agua.
La desaladora de Torrevieja puede producir hasta 80 hectómetros cúbicos de agua, lo que equivale, en cuanto a la energía que necesita para su producción, al consumo anual de 112.000 viviendas del área mediterránea.
Dada la situación hídrica por la que atraviesa la Comunitat Valenciana, José Císcar, no solo se muestra partidario de mantener los trasvases ya existentes, sino que apuesta por ampliarlos «para garantizar mayor caudal de agua y de más calidad para la agricultura». El debate no ha hecho más que comenzar. Ahora las organizaciones de agricultores y regantes deberán negociar.
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