El primer valenciano beneficiario de la PAC aparece en el puesto 110

La mayoría de los cien primeros preceptores de estas ayudas agrarias de la UE son andaluces

Es lógico que los agricultores andaluces no tengan ningún interés en cambiar el criterio de reparto del pago único de la Política Agraria Común (PAC). La mayoría de los cien primeros beneficiarios de estas subvenciones europeas son andaluces y, entre todos ellos, reciben cien millones de euros. Esta cantidad es la que reciben todos los beneficiarios valencianos juntos.

Tal y como informaron fuentes de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), hay que llegar hasta el puesto número 110 para encontrar al primer beneficiario de la Comunitat Valenciana, que corresponde a la localidad de Elche. Concretamente se trata de la empresa Marquesa Beach, SA, una inmobiliaria, que percibe 358.687 euros.

Esta compañía es la máxima receptora de fondos de la provincia de Alicante. En Valencia, el mayor beneficiario recibe 312.000 euros, mientras que en Castellón cobra 253.000 euros. Las mismas fuentes recordaron que un agricultor de la Comunitat recibe de media 1.260 euros al año, mientras que la media española se sitúa en 5.580 euros en pagos directos, lo que demuestra la gran diferencia existente entre los cultivos de la Comunitat y los del resto de España, sobre todo de Andalucía. La razón estriba en la superficie de los campos. Los andaluces se caracterizan por ser latifundios, es decir, por contar con muchas hectáreas, mientras que el cultivo valenciano es tradicionalmente minifundista, una característica que se ha intentado cambiar en repetidas ocasiones durante los últimos años, sin éxito por el momento.

Por otra parte, AVA denunció recientemente que los cítricos serán el cultivo que menor ayuda europea recibirá del pago único que impulsa la PAC. La nueva sub­vención que obtendrán los ci­tricultores es «ridícula», decía su presidente, Cristóbal Aguado, en comparación con otros cultivos como el ta­baco o el algodón que, además, tienen la posibilidad con­sagrada por la nueva OCM de Frutas de «trian­gular» es decir, mo­vilizar nuevas tierras para ac­tivar derechos.

Tal posibilidad, como ha venido reiterando desde hace años Aguado, «genera una competencia desleal con los productores tra­di­cionales que ni Bruselas ni Madrid, pudiendo regularlo, se han negado a atajar».