Valencia
Guerra de desmentidos a cuenta de la contaminación de Valencia
Ribó justifica el nivel dos de alerta en la quema de la paja del arroz en L’Albufera, pero la Unió de Llauradors niega que sea la causa porque hace una semana que no se producen
El Ayuntamiento de Valencia activó ayer el episodio tipo 2 de protocolo de medidas a adoptar durante los episodios de alta contaminación por PM10 (partículas en suspensión), lo que implica aumentar la información a la población sensible, sobre todo a colegios. Hasta ahí todo normal. Pero lo que ha soliviantado al sector agrícola es que el alcalde Joan Ribó les eche la culpa de la situación. «Estamos en una situación preocupante producida por la quema de la paja de arroz, en la que se han incrementado las partículas PM10», aseguraba el edil. En este sentido, aseguró que el Consistorio ha pedido explicaciones a la Generalitat, porque «no tiene mucho sentido» quemar paja cuando la contaminación no se puede dispersar a causa del anticiclón.
No obstante, la explicación, lejos de aplacar los ánimos, encendió las críticas de los presuntos culpables. El sector arrocero de La Unió de Llauradors aclaraba a Ribó que hace ya una semana que no se quema la paja del arroz y por tanto es «difícil» atribuirle la causa de una supuesta contaminación atmosférica en la ciudad de Valencia. Aseguraron que únicamente se ha quemado la paja del 40 o 45 por ciento de la superficie arrocera de L’Albufera, y explicaron que estas parcelas son las que ha decidido la propia Conselleria de Agricultura y los intereses de la actividad cinegética.
«Los arroceros cumplen»
Además, indicaron que el organismo encargado de medir la calidad del aire de la Generalitat «no refleja en todo el mes de noviembre ningún nivel deficiente, salvo algún día muy aislado y en alguna estación concreta que habla de mejorable».
Según consta en los datos de la Red Valenciana de Vigilancia y Control de la Contaminación Atmosférica -organismo de la Conselleria de Agricultura que mide la calidad del aire-, ninguna de las estaciones de medición de la contaminación de Valencia ni de las que están alrededor del Parque Natural de L’Albufera, han reflejado ningún día del mes de noviembre una medición deficiente. «Como mucho aparece algún día mejorable y en alguna estación en concreto, algo que puede ser debido también al tráfico o a la falta de lluvia», según la Unió, que añadió que la gran mayoría de los días de este mes «la calidad del aire ha sido buena o excelente».
Explican que el humo de la paja del pasado viernes -último día con permiso de quema- provenía de parcelas autorizadas por la Conselleria que eran cotos de caza de aves. «Los arroceros han cumplido así, tras el acuerdo con los responsables de Medio Ambiente de la Conselleria, los plazos, parcelas y previsiones meteorológicas que se establecían como permitidas».
Los agricultores agradecerían «que no se alarmara ni se trasladará a la opinión pública informaciones que no se ajustan a la realidad».
Pese a ello Ribó insistía en que «la causa continua siendo la quema de paja, y estamos en una situación preocupante por una causa que se debería controlar». Justificó esta afirmación en que no se han registrado niveles altos de partículas de dióxido de nitrógeno en el aire, por lo que la causa no es el tráfico rodado.
Por otra parte, la portavoz de Medio Ambiente del PP en Les Corts, Elisa Díaz, calificó como «increíble» que Medio Ambiente no haya emitido estos días ningún protocolo de actuación por la alta contaminación atmosférica en las principales ciudades de la Comunitat.
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