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Hosteleros de Castellón temen que el riesgo sísmico provoque cancelaciones

La Razón
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Los hosteleros del norte de la provincia de Castellón temen que la «alarma social» ante el aumento de movimientos sísmicos de la última semana en la zona, pueda provocar cancelaciones o un descenso de la ocupación en las próximas fechas.

Los municipios de Vinaròs, Benicarló y Peñíscola, los más cercanos a las instalaciones del Proyecto Castor, cuya plataforma marítima está situada frente a la costa de Vinaròs, poseen numerosos establecimientos hoteleros que en estos días se benefician del buen tiempo y las altas temperaturas.

Sin embargo alertan de que las noticias «negativas» sobre el aumento de la magnitud y la frecuencia de los seísmos podría tener una repercusión en las futuras reservas.

En algunos establecimientos, como el Hotel Mare Nostrum de Peñíscola, que regenta Ruth Ebrí, los clientes sintieron «levemente» los temblores más fuertes de la madrugada del día 1 de octubre, cuando se registró el seísmo de mayor intensidad, de 4,2 grados.

Sin embargo, la «alarma» que se ha generado tras la gran cobertura informativa que ha tenido el aumento de temblores «ha hecho que algún cliente haya intentado cancelar su reserva para los próximos días», añade la empresaria.

Ebrí también apunta que este fin de semana Peñíscola está «muy tranquila» pese a ser domingo, al buen tiempo y a la habitual afluencia de visitantes que van a pasar el día.

En el Hotel Nou Casablanca de Vinaròs entre el 20 y el 30 por ciento de sus clientes notaron los movimientos sísmicos de esta semana, aunque «ligeramente».

De momento, según explicó el hijo del propietario del establecimiento, Rubén Agramunt, no han registrado ninguna cancelación. Agramunt mostró su oposición a la planta Castor, ya que, ha explicado, «si vas tocando mucho la naturaleza, al final tiene sus consecuencias».

En el Hotel Vinaròs Playa una de sus recepcionistas señala que por el momento no se han registrado cancelaciones y los clientes, que no notaron los temblores, «se están enterando de lo que ocurre a través de las llamadas de sus familiares que ven las noticias».

Esta empleada afirma que todavía no hay cancelaciones, aunque «podría haberlas más adelante», porque «sí hay cierto miedo».

En el Hostal Teruel de Vinaròs los clientes no notaron los movimientos sísmicos, según uno de los propietarios del establecimiento, Máximo Belmonte, quien criticó que se está «exagerando y esto no es bueno para el sector».Belmonte afirmó que cuando se produjo el seísmo de magnitud 4,2 en la escala Richter se encontraba en casa y «vibraron las copas de una vitrina».

«Hay intranquilidad y miedo» en la zona, y aunque en su establecimiento todavía no se han producido cancelaciones, sí en una inmobiliaria propiedad de su hija, en la que han cancelado un alquiler por los temblores.

El propietario del Hotel Marynton de Benicarló, que es también propietario de unos apartamentos turísticos en la localidad, Marcelo Tola, afirmó que debido a que estamos en temporada baja es difícil saber si habrá repercusiones en la ocupación.

También ha criticado la «alarma social» generada, y asegura que él no sintió el temblor.