Economía

La foto más nítida del ruido

Los frutos del combate de Valencia contra la contaminación acústica

Los ruidos en una ciudad suelen proceder del tráfico rodado
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VALENCIA- La ciudad de Valencia ha entrado en ese periodo del año en el que es protagonista de lo lúdico. En esos días en los que los ojos de los amantes de la fiesta se vuelven hacia ella. Preparada ya para convertirse en la capital de la pólvora. Y del ruido.

Las fiestas josefinas tienen una protección especial en materia acústica, pues la normativa al respecto permite esos días actuaciones que el resto del año no consiente, pues el Gobierno de Rita Barberá es uno de los primeros que ha puesto en marcha estrictas medidas encaminadas a reducir las molestias provocadas por el exceso de decibelios.

Así, hace apenas dos semanas se hacían públicos los datos de su último Mapa Estratégico del Ruido, un mapa que marca, además, una evolución positiva, ya que revela que la población afectada por la contaminación acústica ha bajado en los últimos cinco años más de un treinta por ciento.

Según las mediciones más generales, en 2007 la población de Valencia expuesta a niveles de ruido superiores a 65 decibelios (límite aceptado por la Organización Mundial de la Salud) fue de 271.500 personas, un 33,7 por ciento de la población. El año pasado estaban expuestas 184.000 personas (23 por ciento). Los vecinos de Pobles del Sud, distrito Pobles de L'Oest y L'Eixample fueron los principales beneficiarios de esta reducción.

La red de carril bici y ciclo calles, la peatonalización de diferente entornos, el desembarco de Valenbisi, la nuevas pantallas acústicas en colegios y puntos conflictivos, la limitación del paso de vehículos privados a determinadas zonas o el incremento del pavimento fonoabsorbente en diferentes vías de la ciudad son las medidas que han contribuido de manera especial a esta reducción.

Sin embargo, el plan municipal no acaba de convencer a los grupos de la oposición, pues según critican los socialistas, el mapa de ruido de Valencia no contempla el ocio nocturno y aunque admiten que el marco de referencia europeo y nacional no obliga a ello, explican que tampoco prohíbe que se contemplen otros focos emisores como el comportamiento vecinal o las actividades de ocio nocturno. Críticas que han sido desmentidas por la concejal de Contaminación Acústica, Lourdes Bernal, quien recordó que los ayuntamientos no pueden elegir los criterios de su Mapa del Ruido, sino cumplir con lo que la Ley exige.

En lo tocante a zonas de ocio alegó que no se contemplan ni para Valencia ni para el resto de Europa, porque ese ha sido el criterio establecido en la Directiva para toda Europa.

Y es que ciertas actividades nocturnas son las que generan más críticas en este sentido. Unos dicen que son los bares y restaurantes, concretamente los clientes, los causantes de tanto decibelio, mientras que estos, desde la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia, se defienden y culpan a dos fenómenos en auge. El de los lateros (vendedores ambulantes de latas de refresco y cerveza) y el «botellón», cada vez más extendido desde que comenzó la crisis.

Con todo, el Ayuntamiento se ha comprometido a tener en cuenta las críticas de todas las partes afectadas, y para ello exponen el polémico Mapa a información pública. Habrá que esperar entonces para ver si la sociedad llega a un entendimiento y se acallan las protestas, los gritos y el ruido.