Construcción
La letra pequeña de los pliegos
Las licitaciones de obra pública hace años que se cuentan con los dedos de la mano. De ahí, que cada pliego que salga suscite el interés de todas las empresas. Es lo que ha ocurrido con la rehabilitación del edificio de la antigua Delegación de Hacienda de Castellón, que se convertirá en un centro sociocultural. El concurso lo ha sacado el Ayuntamiento de Castellón.
Probablemente se trate del contrato de mayor cuantía económica de todo el año. Asciende a cuatro millones de euros, un buen pellizco que puede aliviar las cuentas de muchas empresas. Es más, fuentes del sector de la construcción aseguraron a LA RAZÓN que el precio es alto para la situación en la que se encuentra el mercado actual y que si se subastara al postor más económico, sin incurrir en ningún tipo de peligro para la ejecución de la obra, se produciría una reducción del coste de un 25 a un 35 por ciento.
Sin embargo, el recelo suscitado por este contrato no acaba en este punto. El procedimiento se ha abierto por tramitación «urgente» alegando que debe entrar en este año natural para cumplir con los criterios de la Conselleria de Hacienda.
Además de la premura, las empresas que han consultado el pliego han comprobado que los puntos que pueden obtenerse de manera subjetiva, concentrados en la parte técnica del pliego, son los que decidirán quién consigue la obra.
El pliego está dividido en dos apartados con los que pueden obtenerse 50 puntos en cada uno. En la parte económica se tienen en cuenta cuestiones completamente objetivas tales como la reducción de hasta un diez por ciento del presupuestos propuesto, no incurrir en baja temeraria, realizar un mantenimiento y una garantía durante dos años o comprometerse a crear empleo joven.
Lo habitual es que las empresas obtengan en esta parte una puntuación muy similar. La diferencia queda marcada en la siguiente parte, cuando se produce la valoración técnica. En este punto se valora quién ha realizado mejor presentación o simplemente quién ha estudiado la obra con mayor detalle.
La dificultad de la fórmula matemática empleada para los pocos duchos en la materia se entiende con un ejemplo práctico.
Si dos empresas hubieran obtenido la misma puntuación en la parte técnica y sumasen 47,5 puntos, pero en la otra una consiguiese 90 y otra 85, aplicadas las fórmulas matemáticas contempladas en el pliego, la primera empresa pasaría a tener 97,5 puntos y la segunda 91,65. Por muchas mejoras que trate de hacer la segunda empresa, será imposible alcanzar a la primera, incluso aunque obtuviese 50 puntos en el apartado «objetivo», nunca conseguiría batir la diferencia conseguida en el «subjetivo».
Opción de recurso
El Ayuntamiento de Castellón aseguró que este pliego no tiene peculiaridad alguna con los presentados para la adjudicación de otras obras. En cualquier caso, recordó que aquel que considere que no se ha elaborado de manera correcta tiene la opción de recurrirlo.
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