Sanidad

La nutrición personalizada, una aliada para tratar el cáncer

Eresa pone en marcha un programa para tener una mayor eficacia

Un momento del tratamiento del sistema puesto en marcha por Eresa
Un momento del tratamiento del sistema puesto en marcha por Eresalarazon

Eresa pone en marcha un programa para tener una mayor eficacia

La correcta alimentación es fundamental para prevenir la sarcopenia o pérdida grave de masa muscular en los pacientes en terapia oncológica, ya que aumenta la producción de glóbulos blancos, mejora la cicatrización y optimiza los tratamientos de radioterapia y quimioterapia

Afrontar procesos tan exigentes como la radioterapia, la quimioterapia o extirpación quirúrgica de tumores requiere convertir la nutrición en un aliado. De esta manera, si la correcta alimentación siempre es importante para la salud, para personas que se someten a un tratamiento oncológico, se convierte en una cuestión de vital importancia. Por este motivo, un equipo de dietistas, oncólogos, físicos médicos y especialistas en radiología, procedentes de grupo Ascires y Fundación Quaes, ha diseñado un innovador protocolo para evitar la desnutrición en pacientes con cáncer y mejorar su calidad de vida. Un nuevo avance que puede beneficiar a más del 50 por cien de los pacientes que la padecen debido a su enfermedad o a los tratamientos.

Así pues, este procedimiento, pionero en España, se centra en la alimentación como aspecto fundamental en el proceso terapéutico del cáncer. Y es que algunos de sus efectos secundarios, tales como falta de apetito, náuseas, vómitos, malabsorción o la alteración del sentido del gusto, conllevan una fuerte pérdida de proteínas, componente esencial de los músculos y principal soporte para resistir el fuerte impacto de los tratamientos. De esta manera, la creación de dietas específicas ayuda a optimizar la terapia, disminuye la astenia, recorta los periodos de ingreso hospitalario y mejora la calidad de vida de los pacientes.

El método se basa en aprovechar el tradicional TAC de planificación, necesario para diseñar el volumen de irradiación y la planificación de la terapia oncológica, para analizar con precisión la composición corporal de cada persona. «Esto nos permite recabar toda la información necesaria para crear un programa nutricional personalizado, que se adapta a la condición física del paciente y tiene en cuenta factores como el tipo de tumor que se le ha detectado», según explica Bianca Muresan, investigadora especializada en nutrición oncológica en Fundación QUAES.