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La UE invita a la empresa Món Orxata a explicar su caso contra Facebook

Los responsables de la empresa valenciana, tras su reunión en la Comisión Europea, señalaron que esta regulará las prácticas abusivas de las multinacionales para que sean juzgadas aquí y no en USA

Miguel Armengot y Andoni Monforte, responsable jurídico y fundador respectivamente de Món Orxata
Miguel Armengot y Andoni Monforte, responsable jurídico y fundador respectivamente de Món Orxatalarazon

Los responsables de la empresa valenciana, tras su reunión en la Comisión Europea, señalaron que esta regulará las prácticas abusivas de las multinacionales para que sean juzgadas aquí y no en USA

Món Orxata, la empresa valenciana que demandó a Facebook por cerrarle su página, ha logrado establecer un precedente jurídico que abre las puertas a que los litigios contra las grandes de Silicon Valley (California) puedan ser juzgadas en Europa y no en EEUU.

Su estrategia legal para sentar al gigante Facebook en el banquillo ha consistido en alegar que determinadas cláusulas del contrato que Facebook impone cuando sus usuarios aceptan sus condiciones de uso, son abusivas y no permiten ejercer un derecho fundamental como es el de la tutela judicial efectiva, según fuentes de Món Orxata, las cuales además indicaron sentirse optimistas ante el inminente juicio que librarán contra Facebook, en fecha todavía por determinar.

Tan sonado ha sido el caso en toda Europa que la Comisión ha invitado a esta empresa valenciana a participar en sesiones de trabajo sobre la regulación de las plataformas digitales.

La transformación digital avanza a un ritmo tan vertiginoso que ha dejado obsoletos los marcos jurídicos de los países de la UE, y a sus reguladores desorientados, necesitados de adaptarse a la Revolución Tecnológica del siglo XXI.

En este contexto, proliferan las lagunas éticas, comerciales y legales de este «ecosistema digital», dejando en una situación de indefensión y desprotección a millones de usuarios.

Tanto particulares, como profesionales, son a menudo sometidos a contratos abusivos que las grandes empresas que controlan el mercado digital modifican a su antojo sin posibilidad alguna de negociación, o engañados por no tan grandes empresas y cyber-delincuentes que aprovechan precisamente estos vacíos legales para cometer tropelías. Son incontables las prácticas comerciales desleales, vulneraciones de la propiedad intelectual y acciones de «geo-blocking» dentro de países de la misma UE.