Valencia

Los comerciantes critican las prisas por peatonalizar Valencia

Problemas para llegar a hora en el reparto de mercancías, dificultades para acceder a los puestos de trabajo, jardineras que dificultan el paso de peatones... Ciutat Vella se adapta a las calles sin coches

A Teresa Almeida le han «plantado» una jardinera en la puerta de su establecimiento. Ha protestado al Ayuntamiento
A Teresa Almeida le han «plantado» una jardinera en la puerta de su establecimiento. Ha protestado al Ayuntamientolarazon

Los comerciantes del centro histórico de Valencia no ponen en duda el plan del Ayuntamiento de peatonalizar las principales calles de la parte más turística de la ciudad. Sobre el papel todo son ventajas, menos contaminación, más protección de los edificios históricos, más paseantes... pero en la realidad el plan arranca con muchos inconvenientes, fruto, según denuncian, de la precipitación del Gobierno de Joan Ribó.

Una de las damnificadas por el cambio es Teresa Almeida, propietaria de dos establecimientos en la zona afectada. «No estoy ni a favor ni en contra de la peatonalización, pero se ha hecho de manera precipitada, sin consultar con los afectados y sin tener en cuenta cómo se las apañarán los vecinos, los comerciantes y los servicios de reparto».

Considera que la gestión de este proyecto ha sido «bastante mala» y que no se les avisó en tiempo y en forma de lo que se iba a hacer. «Han puesto los maceteros donde les ha dado la gana», explica mientras apunta al que tiene «plantado» justo enfrente de su tienda.

A su juicio, «lo han hecho mal y rápido», cuando podría haberse hecho mucho mejor. «Ahora tenemos una calle sin simetría donde los peatones van esquivando los maceteros cada cuatro metros. Ello no invita a pasear». A ello se suma, según cuenta, la confusión de los conductores y de los ciclistas.

Retrasos en los repartos

La empresaria también critica la limitación de las tarjetas que permiten circular por la zona. «Nos han dado una por propietario sin tener en cuenta que muchos de los trabajadores de la zona necesitan venir en coche y que muchos de los que tienen plaza de garaje no tienen contrato, por lo que no pueden solicitarlas». También se ven afectados los clientes habituales que venían a recoger mercancía».

Tal es la situación que la próxima semana presentará una queja formal ante el Ayuntamiento por este motivo. «Si lo hacen, que lo hagan bien».

Joaquín Berlanga es otro de los que tienen dudas. Propietario de una popular tienda de cervezas en la calle Serranos cree que, a largo plazo, «se va a notar para mejor», pero que, a día de hoy, están teniendo problemas en las descargas de material. «A los proveedores les es ahora más difícil llegar hasta nosotros, ya que no pueden acceder a la calle desde el Pont de Fusta y tienen que buscar un puente alternativo, con la consiguiente pérdida de tiempo y, claro, el reparto solo puede hacerse hasta las once y si se tiene en cuenta que nosotros abrimos a las diez, es muy justo».

A él tampoco le convence la distribución de las jardineras, ni cómo afectan a la estética de la calle. «Parece que las han soltado sin criterio alguno».

Coincide con Teresa Almeida en que el plan debería haber contado con la opinión de los comerciantes. «Se ha actuado con precipitación. Se quería hacer una operación rápida y drástica, pero se nos dijo que luego se iría hablando. Espero que cumplan», declara respecto a las intenciones del Gobierno local.

En la residencia de la tercera edad Torres de Serranos andan aún preocupados por cómo el cierre al tráfico pueda afectarles. «Hemos recibido muchas llamadas de familiares molestos preocupándose por cómo llegar hasta el centro para recoger a sus padres o madres. Hemos pedido que les acrediten para que no tengan problemas».

Toni Sanchis posee un estudio fotográfico en la misma calle y, de momento, no le ve inconvenientes al cambio. «Yo vengo andando a trabajar, así que...». No obstante, duda de que la peatonalización beneficie al comercio local. «Hay mucha gente de paso, pero pocos para a comprar». Con todo, cree que es pronto para hacer balance. «Dentro de un año veremos si ha servido para algo».