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Juan Eslava Galán: «Los españoles somos los únicos que tenemos una leyenda negra»
El escritor Juan Eslava Galán aumenta su serie de ensayos históricos para escépticos con la conquista de América
Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén; 1948) llegó a la élite literaria hace más de tres décadas. El Premio Planeta de 1987, a raíz de su novela «En busca del unicornio», lo catapultó a la primera línea de las letras en nuestra lengua. Desde entonces, aproximadamente un centenar de publicaciones bajo su firma (y la de su pseudónimo: Nicholas Wilcox) han visto la luz y triunfado entre prácticamente todos los perfiles de lector: historia, narrativa, biografía, sexo, sociología, cocina e incluso poesía son algunas de las ramas de la literatura por las que el jienense ha sabido moverse con total fluidez. Su serie de ensayos históricos para escépticos se ve ahora ampliada con «La conquista de América contada para escépticos», un texto en el que el autor trata de matizar entre la leyenda negra y la leyenda rosa de la gran gesta de Colón, a quien Eslava Galán atribuye más casualidad que fortuna como estratega: «fue un trepa».
-¿Es realmente escepticismo el sentimiento que despierta la conquista de América?
-Conviene un mínimo de escepticismo para toda la Historia. Hemos desarrollado mitos falsos, que hay que combatir con la razón y documentos.
-Hay autores que piensan que la única manera de atacar a imperios infranqueables fue calumniar contra ellos.
-Hay que buscar la verdad. Y también comprobar si los imperios han sido negativos. España hizo un imperio en Sudamérica y liberó a muchos pueblos de la opresión, algo que casi nunca se tiene en cuenta. Cuando Cortés destruye el imperio azteca, comienza a liberar pueblos que estaban bajo un imperio que no los mataba, sino que los cogía como prisioneros para después sacrificarlos a los dioses a través del siguiente procedimiento: les abrían el pecho con un cuchillo de obsidiana y les arrancaban el corazón en vivo. Si uno lo ve con la perspectiva de esos pueblos, probablemente se aplaudió la llegada de los españoles como medida de absolución.
-Los españoles nos llevamos la palma en cuanto a leyendas oscuras.
-Somos los únicos que tenemos una leyenda negra. El resto no tienen. Tuvimos a Bartolomé de las Casas, que escribió un libro de denuncia sobre los abusos de los españoles. Los abusos eran ciertos, pero el libro, que se tradujo rápidamente a todos los idiomas de Europa, generó una mala visión sobre los españoles, que en aquel momento éramos el imperio dominante. A esto se añade la Inquisición, que existió hasta el primer tercio del siglo XIX. El resto de países con tribunales semejantes se quedaron uno o dos siglos detrás. Ahí está nuestra leyenda negra. Y encima lo asumimos.
-Somos, sin duda, nuestro peor enemigo.
-Es una característica nuestra. Tú le preguntas a un inglés, a un francés, a un alemán, a un holandés, por su país y te dicen que están orgullosos de él. Aquí, hasta políticos de derechas usan la expresión «este país» por no decir «España». No somos españoles, somos «estepaisitos». La cosa comenzó con los independentistas, pero ya hasta la gente de derechas evita hablar de España. Rechazamos nuestro propio ser y nuestra propia historia.
-¿Cuánto daño nos ha hecho también el cine?
-No es que el cine la tenga tomada con España, es que quiere espectáculo. Se basa en los mitos populares, y se piensa en España en términos de genocidio e Inquisición. Algo muy vistoso. Se busca espectáculo, no verdad.
-¿Cristóbal Colón fue un héroe?
-Cristóbal Colón fue un trepa. Nació humilde, pero aspiró a ser noble y tremendamente rico. Un hombre a caballo entre la Edad Media y el Renacimiento. Quería ser famoso por liberar santos lugares. Por lo demás, es un hombre genovés, apegado al dinero. Tenía la noticia de que había tierra más allá de las Canarias. Los portugueses y castellanos no quisieron costearle la expedición porque falló en sus cálculos. Isabel la Católica sí lo hizo.
-Lo cierto es que cuando llega a América no se encuentra precisamente con hermanitas de la Caridad.
-No, pero casi. Había culturas en muy diferentes estados de desarrollo. Colón llega a las islas de Santo Domingo y de Cuba. Ahí se encontró con indígenas que vivían en un estadio cultural caracterizado por la agricultura muy incipiente y la ganadería mínima, prácticamente neolítica. Era gente bastante inocente y pacífica.
-¿Podemos estar orgullosos como españoles de la conquista de América?
-Yo creo que sí. Sobre todo porque todo se debe relativizar. Allí cometimos muchas cosas, pero dimos una cultura superior a la que ella tenían, en la que había canibalismo y sacrificios humanos. Con todas las precisiones que hay que hacer: se destruyó una cultura que hubiera sido interesante preservar. Pero, con la mentalidad de entonces, había que arrasar todo lo pagano.
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